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El hecho se conoció ahora pero ocurrió hace una semana, el 31 de octubre

El padre, quien no puede ser identificado por razones legales, se entregó a la policía luego de consumar el hecho y dijo estar feliz de hacerlo, ya que creía que su víctima merecía tal tortura.

Hace unas semanas la joven le había relatado que se encontraba sola en la casa cuando el inquilino, que alquilaba una habitación en el primer piso de la residencia familiar desde hacía cinco años, la obligó a entrar, le ató las manos y la violó.

Luego, según su relato, el atacante la amenazó con matar a su padre si le contaba a alguien lo ocurrido. Hace pocos días la chica comenzó a vomitar y cuando la llevaron al doctor, se enteraron de que estaba embarazada, por lo que dio a conocer el abuso.

«Primero mi padre se enojó mucho conmigo. Le confesé que había sido el inquilino y él respondió que le enseñaría una lección», dijo la chica.

La familia vive en el barrio de Chandu Nagar, en el área de Khajuri Khas (noreste de Delhi). El padre, que trabaja vendiendo hamburguesas en la calle, se caracterizaba por ser un hombre tranquilo según las fuentes del barrio, por lo que a todos sorprendió el desenlace de la historia.

A las 3:45 de la mañana del sábado pasado, 1 de noviembre, el padre acudió a la estación policial de Khajuri Khas para confesar su crimen. «Se lo notaba muy nervioso. Dijo que había cometido un error, que había matado a alguien», relató el subinspector Arun Kumar, el primero que conversó con el padre.

«Aseguró que cuando se enfrentaron, el inquilino se burló de él. Se trata de un grave caso de provocación», continuó el policía.

Las violaciones son un foco de atención en India desde diciembre de 2012, cuando una estudiante de 23 años murió en un autobús de Delhi tras ser violada por una pandilla. La indignación mundial obligó a India a aprobar y endurecer sus leyes, incluyendo la pena de muerte para delitos graves. Sin embargo, a dos años del hecho, los atacantes de la estudiante aún esperan por ser castigados.

Fuente: Minuto Uno