Vecinos de Ramos Mejía, cara a cara con un comisario por la inseguridad

Más patrulleros en las calles, mayor presencia policial, que los delincuentes queden presos, que no haya zonas liberadas, seguridad. El jefe de la comisaría Noroeste 2° de La Matanza lleva pocas semanas en el cargo, pero este feriado no fue un día tranquilo para él: tuvo que enfrentar a cientos de vecinos indignados que se […]



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Más patrulleros en las calles, mayor presencia policial, que los delincuentes queden presos, que no haya zonas liberadas, seguridad. El jefe de la comisaría Noroeste 2° de La Matanza lleva pocas semanas en el cargo, pero este feriado no fue un día tranquilo para él: tuvo que enfrentar a cientos de vecinos indignados que se congregaron frente a la seccional de Ramos Mejía con esa batería de reclamos, que no es nueva.

En la marcha estuvo Vanesa Asís (42) con sus hijos Juan Ignacio (15) y Antonella (5). El padre de los chicos, Juan Gregorio Díaz (42) fue asesinado hace un mes en Villa Tesei (Hurlingham), para robarle la moto. Le dieron un balazo en la espalda. A su hijo, un tiro en el brazo izquierdo. El adolescente, con el dolor a cuestas por la pérdida, tuvo el valor de reconocer en sede policial al autor del disparo, un vecino del barrio de 16 años con el que jugaba al fútbol en una canchita cuando eran niños.

La historia, publicada por Clarín, provocó el apoyo de cientos de vecinos. Díaz trabajaba como encargado de mantenimiento de la clínica DIM, en Ramos Mejía.

Los manifestantes se acercaron hasta la dependencia policial situada en Avenida de Mayo 549. Estuvieron familiares de víctimas de otros casos que terminaron trágicamente como Patricia, la esposa de Luis Angrehs (59), el maestro de artes marciales al que asesinaron en una entradera el día de cumpleaños el mes pasado. Llevó a la marcha el artículo de Claríndonde se publicó el caso.

«Era un maestro de karate, una excelente persona, todo el mundo lo quería», lamentó la mujer.

También participó una de las hermanas de Leandro Alcaraz (26), el colectivero de la línea 620 asesinado en Virrey del Pino (La Matanza) el 15 de abril último, en medio de una discusión con un pasajero que no tenía saldo en la tarjeta SUBE.

«La idea es apoyar, mi hermano fue asesinado en otro lugar pero él también hacía este recorrido con la línea 620 como otros colectiveros», expresó la mujer.

Vanesa Asís, junto a sus dos hijos, añadió: «No mataron a mi hijo porque no tuvieron mejor puntería. Perdemos la batalla, eso se siente».

Otro vecino, identificado como Nicolás, dijo al canal Telefé: «Ramos Mejía pareciera que quema, los comisarios van pasando y nosotros tenemos el mismo problema de manera continua. Nos matan como perros, vivimos encerrados en nuestras casas y los que debería estar presos están todos libres, entonces la gente llegó a un límite».

Asimismo, una mujer llamada Graciela relató que «hace dos años y medio casi nos matan a mí, a mi esposo y a mi hija en una entradera».

«¿Cuándo empiezan? ¡Queremos que arranquen, queremos seguridad!«, le exigió una vecina al comisario, quien respondió con un pedido de paciencia: «Esto no se cambia de un día para el otro, yo la entiendo a usted y a todas las personas que han sufrido ilícitos, mi familia también está viviendo en La Matanza«.

Otro manifestante le preguntó: «¿Cuántos policías hay, cual es la frecuencia de las rondas? La percepción que tenemos es que esto es zona liberada«. Entonces el policía replicó: «Ramos Mejía está compuesta por 11 zonas, que cubre el Comando de Patrullas, lo que se está haciendo es que se cubran todas las zonas y sacar los móviles de la seccionar para implementar más presencia«.

Sus respuestas no conformaron a nadie. La gente se fue desconcentrando al grito de «seguridad» y «Código Penal», a raíz de los numerosos casos donde adolescentes cometen crímenes y son inimputables por su edad.

Fuente: Clarín



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