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Para Rubén Gerardo Pol se trataba de respeto. “¿Y este por qué no me saluda?”, se preguntaba mientras lo pasaba de largo un nuevo jefe llegado con el viento político macrista en la AGP, la Administración General de Puertos que supervisa el puerto de Buenos Aires y su rico tráfico de containers y mercadería. Pol, hincha de Platense, se había unido a la AGP en noviembre de 1974 con apenas 18 años. Llegó con el tiempo a cargos significativos: su último título fue ser jefe del Departamento
Administrativo y Operaciones Sur. También llegó alto en su sindicato según información judicial, con la silla de vocal titular primero en APDFA, la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles Argentinos, el gremio del personal de ferrocarriles de la AGP con mandato hasta el 10 de diciembre del año pasado. Sus detractores en la Administración hablan de “un tipo frío, pesado, con poder interno para ganarse omisiones y asegurarse que nadie le diga nada”.
Hoy, con 61 años de edad, la carrera ferroportuaria de Pol llega a su fin. Su último sueldo llegó en noviembre del año pasado. La doctora Beatriz Ferdman, titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia Nº53, decidió quitarle la tutela sindical, los fueros gremiales que lo protegían por ley de un despido. El motivo invocado por la jueza: el procesamiento en contra de Pol firmado por el juez Daniel Rafecas en agosto de este año y ratificado el 14 de diciembre último por la Sala I de la Cámara Federal integrada por los jueces Jorge Luis Ballestero y Leopoldo Bruglia. El delito que caratula en el expediente en contra de Pol, iniciado en 2014, es de encubrimiento agravado. La acusación: ser el regente durante más de un año de su propia “Saladita”, una feria clandestina en un galpón del puerto de Buenos Aires, un galpón propiedad del Estado, donde se vendía al público mercadería de origen presuntamente robado, cajas y más cajas.
Comenzó el 19 de agosto de 2014: un empleado de la AGP presentó una denuncia en la Cámara federal. “Al lado de mi oficina se encuentra un galpón” ubicado en la Dársena Sur, en el cruce de la calle Lavaisse y el acceso al muelle Este, que se usa para estacionar automóviles… hay un sector cerrado con lonas, que tiene seguramente mercadería de origen ilícito“, lugar al que dejó de entrar, según él, “por miedo”.
Habló en la presentación de un gerente administrativo, imputado al comienzo en la causa y mencionó a “un colaborador cercano” de este gerente: era Rubén Gerardo Pol. La investigación recayó en el Juzgado Nº3 a cargo de Daniel Rafecas, que pidió información a la AGP. El galpón en cuestión, informó la Administración, estaba a cargo de Pol, en teoría en desuso para la actividad portuaria. La vigilancia, descubrió Rafecas, era escasa, el puesto más cercano no poseía registros. Las cámaras de seguridad no funcionaban.