Un repartidor chocó, cayó herido y de la app le preguntaron cómo estaba la pizza

Ernesto tiene 63 años, técnico en electrónica y se accidentó en Barracas.



No Banner to display

El sábado por la tarde, un repartidor de la empresa Glovo que iba en su moto llevando una pizza fue chocado por un auto en Barracas y cayó al piso, herido. Cuando se comunicó con la empresa para avisar, en lugar de preguntarle cómo estaba le pidieron que le sacara una foto a la pizza y la mandara.

Ernesto, el repartidor, tiene 63 años y es técnico en electrónica, profesión que ejerció durante 45 años. Como últimamente no conseguía trabajo y lo apasiona andar en moto, se anotó para trabajar como repartidor.

 

«El muchacho no me vio, estaba estacionado, salió y el choque fue fuerte. Yanina (Otero, la periodista que dio a conocer el caso en Twitter) se portó como una diosa, me dio agua y el conductor me ayudó», contó en diálogo con TN.

«La de la empresa fue una respuesta desproporcionada. Mi problema más fuerte era el dolor. Me comuniqué con soporte para que se cumpliera el pedido. Y la respuesta fue ‘sacame una foto del pedido’. Porque Glovo no nos cree y eso pasa porque muchos glovers son capaces de quedarse con la mercadería. La chica siguió el procedimiento. Glovo se defiende de las barbaridades que hacen mis compañeros endureciendo las reglas», explicó Ernesto.

«Al poco rato me llamaron de soporte para ver cómo estaba. Me llamó el gerente de Glovo y me pidió disculpas. No castiguen tanto a Glovo, una empresa no tiene alma, es una oportunidad de trabajo para mucha gente, los venezolanos es tremendo cómo trabajan. En este caso, Glovo se portó mal, pero muchos de mis compañeros se han portado mal y Glovo se defiende, a veces con torpeza», señaló el repartidor.

Otra actitud cuestionable fue la de la clienta que había llamado, quien fue a buscar la pizza, ya que estaba a una cuadra y media. «Me quiso pagar la pizza y la propina. Pero no se lo recibí porque estaba muy aturdido», contó Ernesto. «Si trabajamos todos podemos sacar al país adelante. Me gustaría trabajar de otra cosa, no me gusta que me regalen nada», cerró el hombre.

Fuente:

La Nación