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Guillermo Fiad, presidente de Trenes Argentinos Infraestructura, recordó a LA NACION que sólo 207 kilómetros del total de vías fueron renovados o mejorados. Por eso, la velocidad del tren va variando a lo largo de la traza, según la calidad de la infraestructura, para garantizar las condiciones de seguridad.
«Hay en todo el trayecto puentes y alcantarillas que deben ser reparados para poder soportar la velocidad de diseño, que es de 120 km/h», explicó el funcionario.
También señaló como otro motivo de disminución de la velocidad la interferencia que provocan los cruces a nivel. «Suman 114 los pasos a nivel. Algunos tienen barreras, otros sólo banderilleros, y obligan al tren a circular con precaución», describió Fiad.
«Y otro gran problema, fundamental diría, que encontramos en 2015 cuando nos hicimos cargo del gobierno, es que los durmientes instalados en las vías no estaban en condiciones para operar el servicio a máxima velocidad», indicó.