Tras la explosión en Moreno, en Capital también reactivan un protocolo de revisión escuela por escuela

La explosión de gas en la escuela 49 de Moreno que provocó la muerte de la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar no docente Rubén Rodríguez puso en alerta a toda la comunidad educativa, no sólo de la Provincia de Buenos Aires. En la Ciudad, los reclamos por problemas de infraestructura son una constante entre […]



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La explosión de gas en la escuela 49 de Moreno que provocó la muerte de la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar no docente Rubén Rodríguez puso en alerta a toda la comunidad educativa, no sólo de la Provincia de Buenos Aires. En la Ciudad, los reclamos por problemas de infraestructura son una constante entre los docentes y motivo de preocupación para los padres, que envían a sus hijos a escuelas que muchas veces no están en óptimas condiciones.

Según datos oficiales, actualmente en la Ciudad hay ocho escuelas sin gas. “Son escuelas que por alguna razón se detectó que algo no estaba funcionando correctamente, cortamos el servicio, hicimos la obra y ahora Metrogas tiene que rehabilitar”, señaló a ClarínSebastián Tomaghelli, subsecretario de Gestión Económico Financiera y de Administración de Recursos del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.

De esas ocho escuelas, cinco están sin calefacción, admitió el funcionario. En las tres restantes pudieron poner caloventores. “Antes de instalar los caloventores se hace un testeo de la red eléctrica para ver si aguanta. No en todas se pudo hacer eso”, señaló.

Además, agregó el funcionario, reiniciaron el protocolo de revisión de la calefacción en todas las escuelas públicas porteñas. “Este es un protocolo que se activa todos los años en abril, antes de que empiece el frío y se mandan a revisar todas las estufas, calderas y sistemas de cañerías de todas las escuelas de la Ciudad. En general para mitad de mayo se completa. Si está todo bien, cuando empieza el frío se pueden encender las estufas. Y si hay algo que reparar se hacen los arreglos”, dice.

Si bien este es un protocolo que hacen todos los años, asegura Tomaghelli, “para llevar tranquilidad a directivos y escuelas volvimos a disparar una nueva rutina de revisión. En un máximo de 45 días deberán estar todos los informes nuevos”.

La Ciudad cuenta con 750 edificios escolares donde funcionan 1200 escuelas. “El 50% de los edificios tienen más de 70 años, por lo que es lógico que se presenten problemas”, dice Tomaghelli.

Este lunes, en un sondeo que realizó Clarín entre docentes de escuelas de la Ciudad, recibió por lo menos 20 reportes de problemas edilicios de todo tipo. Tal vez el más llamativo sea el caso de la escuela 17 DE 7 de Villa Crespo, ubicado en Julián Alvarez al 200, donde están con el gas cortado y en la vereda frente a la escuela hay un cartel que advierte de “escape de gas”. “Hay una fuga de gas del lado de afuera, pero no suspendieron las clases”, advirtieron. Si bien los problemas de la puerta para afuera corresponden a Metrogas, había preocupación entre los docentes por no haber podido suspender la actividad.

Pero no es el único. Algunos de los reportes que hicieron llegar los docentes hablan de, por ejemplo, una escuela en Parque Avellaneda que está sin agua por un problema en la bomba. Una escuela de Villa Soldati sin calefacción. Un jardín maternal también de Soldati que pasó muchos días antes de las vacaciones de invierno sin luz y sin calefacción. “Hoy explotó una conexión eléctrica de un poste de luz que está dentro del predio del jardín y se prendió fuego el poste y la conexión. Se evacuó el jardín”, afirmaron. Una escuela de Caballito con problemas con la caldera. Otra escuela del mismo barrio que tiene filtraciones de agua en el gimnasio. Escuelas con goteras, con patios clausurados y los chicos sin poder hacer educación física.

“Los problemas son siempre más o menos los mismos. Todos los días recibimos denuncias en ese sentido. El reclamo de los maestros el viernes fue tan masivo porque cualquiera que trabaja en una escuela pública sabe que si no pasó nada grave es porque hubo suerte, nada más”, señaló a Clarín Jorge Adaro, secretario general de Ademys.

Fuente: Clarín

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