Los documentos entregados al juez pusieron la lupa sobre el rol de los uniformados. Pero desde la Casa Rosada no creen en un encubrimiento general.
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Primero fue el silencio. Luego las hipótesis más descabelladas. Sin embargo, parece ser que 40 días después. finalmente el Gobierno decidió avanzar en la investigación para saber que pasó con Santiago Maldonado. Ayer el Poder Ejecutivo entregó al juez federal de Esquel Guido Otranto información que pone sospechas sobre el rol de la fuerza de seguridad, algo que la familia denunció desde el primer día.
Dentro de todo el grupo de gendarmes que reprimió el 1 de agosto, hay sospechas sobre siete de ellos. Son en total un oficial y seis suboficiales -tres sargentos, dos cabos primero y un cabo-, en este orden: Emmanuel Echazú, Orlando Yucra, Julio Segovia, Juan Carlos Pelozo, Jorge Fortunato, Ramón Vera y Darío Zoilán.
No se sabe a ciencia cierta si los siete sospechosos actuaron en conjunto: al dispersarse los manifestantes por el río, pudo haber pasado algo con algún gendarme en particular sin que el resto lo sepa. De esta forma, la hipótesis de que los gendarmes estuvieron involucrados, comenzó a tener cada vez más fuerza. Uno de los señalados que se acercaron a la orilla del Río Chubut, según los testimonios, fue el subalférez Echazú.Tenía un corte en la cabeza por una pedrada que le habían arrojado quienes huían. No se sabe si enfrentó a Maldonado cara a cara.
Defensa. Por su parte, el jefe de la delegación de Gendarmería de El Bolsón, Fabián Méndez, aseguró que pone las «manos en el fuego” por los agentes. «Dios quiera que sepamos donde está. Se tiene que saber la verdad», contestó conmovido el agente luego de que le preguntaran «¿Dónde está Santiago Maldonado?». En diálogo con PPT, Méndez relató que durante la manifestación en la ruta 40, el escuadrón de Gendarmería se hizo presente para cumplir la demanda judicial de “normalizar la transitabilidad en el camino”.