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Como ocurre en cada problemática que atraviesa el subte, las negociaciones y las soluciones se dirimen sobre las vías: con la interrupción del servicio o, al menos, con la amenaza. Los contrapuntos sobre la presencia o no de amianto (o asbesto) en los vagones de la línea B no son la excepción. De un lado, Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) sigue descartando que el material cancerígeno esté presente en piezas del material rodante. En el otro rincón se plantan los metrodelegados que insisten con analizar, uno por uno, los coches adquiridos al Metro de Madrid, que admitió el hallazgo de restos de amianto en los modelos que circulan por la red porteña. Todo parece indicar que se realizará una nueva prueba.
Tras el paro de la semana pasada, la medida de fuerza anunciada anteayer por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp), que paralizaría el servicio durante algunas horas de hoy, se suspendió ayer cuando los metrodelegados fueron convocados por la Subsecretaría de Trabajo de la Ciudad para sumarse a una comisión y elaborar un cronograma de inspección de los trenes CAF 6000, con cierre hermético y aire acondicionado que integran la flota de la línea B. Esa fue la llave para destrabar el conflicto por ahora, porque la polémica por la presencia o no de amianto podría generar medidas de fuerza a futuro.
La participación en esa comisión, formada además por técnicos de Metrovías y de Sbase, había sido solicitada por los gremios la semana pasada, pero la revisión de los 60 coches CAF 6000 -según Sbase- ya se realizó, sin la presencia de los metrodelegados o representantes de la Unión Tranviaria Automotor (UTA). La Agtsyp perdió la personería gremial, aunque sigue funcionando como sindicato para los trabajadores del subte.
«El viernes se terminó la revisión de los 60 coches y no se encontró amianto. Fue el segundo análisis efectuado a los CAF 6000 que dio resultados negativos. Además recibimos una comunicación oficial del Metro de Madrid que confirma que ninguno de los CAF 6000 que circulan en la línea B contienen piezas con asbesto», dijeron voceros de Sbase. El comunicado al que hacen referencia lleva la firma de Álvaro Ruiz Moreno, responsable del Área de Servicios al Cliente del Metro de Madrid.
Allí se detectó la presencia de amianto en los coches CAF 5000 y se diagnosticó cáncer a uno de los operarios que trabajaba en esa flota. Ante esta noticia, 27 vagones de la misma serie que trasladaban pasajeros en Buenos Aires fueron retirados del servicio. Pero, además, los metrodelegados pusieron la lupa sobre los CAF 6000 y su reclamo se trasladó a la interrupción del servicio, el martes pasado.
«No hicieron ninguna revisión. No hay ninguna posibilidad de decir que esos coches estén libres de amianto si no se hace un raspado de la pieza y se analizan las partículas en un laboratorio. Es un proceso largo, en al menos 55 coches, que no se puede hacer en dos días», planteó Roberto Pianelli, el secretario general de la Agtsyp. «Hay que hacer un cronograma, un protocolo de inspección para sacar la pieza que puede contener amianto, de todos los coches, y analizarlas», agregó. Mientras esto ocurra, el servicio no debería paralizarse.
Desde Sbase aclararon que las pruebas se concretaron entre el miércoles y el viernes pasado. Y que no fue necesario enviar muestras al laboratorio porque la inspección ocular, con previa información aportada por técnicos del Metro de Madrid, fue suficiente para descartar la presencia del material cancerígeno. Ya suman dos los informes que descartan amianto. Pero, a partir de la convocatoria de hoy, podría iniciarse otro estudio, el que piden los trabajadores.
Fuente: La Nación
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