Sin acuerdo, se caen las sesiones extraordinarias previstas para febrero

El oficialismo no cuenta con el aval para avanzar con las reformas laboral y electoral ni con la del Ministerio Público

 



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Sin mayorías para tratar los proyectos de peso que impulsa la Casa Rosada, las sesiones extraordinarias anunciadas para febrero van directo hacia un naufragio.

Con Mauricio Macri y Marcos Peña de vacaciones, el Gobierno todavía no anunció la marcha atrás en la intención de que el Congreso abra sus puertas antes de tiempo. Sería el segundo retroceso en una semana luego de que, el lunes pasado, en la Casa Rosada reconocieron que el debate de la reforma laboral no sería parte de la agenda del nuevo llamado a sesiones extraordinarias. Todo indica, sin embargo, que el año parlamentario empezará finalmente el 1° de marzo, con el mensaje del Presidente ante la Asamblea Legislativa.

En la decisión pesará la negativa del Bloque Justicialista, que tiene como figura central en el Senado a Miguel Pichetto. Pero dentro del oficialismo parlamentario hay dirigentes de relevancia que sostienen que lo más conveniente es arrancar las sesiones el 1° de marzo.

«Ese discurso va a marcar el inicio de la segunda mitad del Gobierno. ¿Para qué vamos a abrir el Congreso una semana antes para tratar proyectos que no son tan importantes? Corremos el riesgo de regalarle un escenario a la oposición», dijo a la nacion una de las espadas de Cambiemos en Diputados.

Ocurre que el oficialismo no cuenta con acuerdos parlamentarios para aprobar los tres proyectos más importantes que tiene en carpeta: las reformas laboral y electoral, y la de la ley orgánica del Ministerio Público.

Ninguna de las tres iniciativas cuenta con el respaldo de la totalidad del Bloque Justicialista, pese a que el propio Pichetto acordó con el oficialismo un texto unificado para la reformulación de la ley del Ministerio Público.

Jefe del Bloque Justicialista en el Senado, Pichetto se reunió ayer con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y le transmitió que no compartía la urgencia que mostraba el Poder Ejecutivo por sesionar en febrero.

«Hay que dejar que el Congreso funcione en el tiempo de las sesiones ordinarias. Los proyectos que necesitaba el Ejecutivo para gobernar fueron sancionados en diciembre por ambas cámaras», argumentó Pichetto ante el titular de la cartera política.

Fuente: la nación