River y Boca se oponen a la decisión de la Conmebol de jugar la final en otro país

El Millonario insiste en que se dispute en su estadio y con su gente. El Xeneize busca que sancionen a su rival por los incidentes y le den el título.



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Arde Asunción. Y no sólo por las altas temperaturas. El calor se va sintiendo ni bien se sale del aeropuerto y se hacen unos poquitos kilómetros y se entra en Luque, donde está ubicada la sede de la Conmebol, que ayer fue epicentro de todas las miradas en Sudamérica. Es que ahí se llevó a cabo la reunión para ver qué se hacía con la superfinal, esa que para muchos iba a ser la final del mundo y se convirtió en el papelón del universo, tras suspenderse dos veces, luego del ataque de hinchas de River al micro que trasladaba a los jugadores de Boca. Entonces, la entidad sudamericana le quitó a la Argentina esa superfinal de la que tanto se habló. Si hay partido, se jugará en el exterior.

“No están dadas las condiciones para jugar en la Argentina”, afirmó el presidente de la Conmebol Alejandro Domínguez, en su improvisada alocución ante una gran cantidad de medios presentes de aquí, de Paraguay y también de nuestro país, entre ellos Clarín.

Y agregó: “El fútbol no se gana con piedras ni agresiones. Lo ganan los jugadores en la cancha. O todos los actores del fútbol sudamericano nos unimos para acabar con la violencia, o la violencia se encargará de acabar con el fútbol sudamericano».

Eso sí, fiel al extraño estilo comunicacional de la Conmebol, introdujo un asterisco: “La disputa del partido está sujeta a lo que decida la Unidad Disciplinaria”.

En ese momento, tanto Rodolfo D’Onofrio como Daniel Angelici ya habían dejado la sede de la Conmebol. Tras un encuentro cargado de tensión, en el que volvieron a verse las caras tras la suspensión y las acusaciones de traición, ninguno de los dos salió conforme de la reunión (también estuvieron los presidentes de la AFA, Claudio Tapia y de la Federación Paraguaya de Fútbol, Robert Harrison) con Domínguez.

Para el de River, es un golpe no tener la localía. Representa una gran pérdida económica y también desde lo deportivo, sin la chance de definir en su casa, con su público.

Y en Boca lo sintieron como una incongruencia que se hable de que el partido se jugaría en el exterior antes de que la Unidad Disciplinaria resuelva su presentación. Es que el club Xeneize solicitó que se suspenda el encuentro de vuelta definitivamente, que se descalifique a River y se proclame campeón a Boca.

Lo ratificó Angelici en una rueda de prensa en el lobby del hotel que está frente a la sede de la Conmebol, donde se hospedaron los dirigentes de ambos clubes. “No aceptamos jugar ningún partidoy espero que se tomen el tiempo necesario para revisar todas las pruebas que presentamos. Si el fallo no es favorable, apelaremos y si es necesario, vamos a ir al TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo)”, aseguró el titular Xeneize antes de irse de Asunción (junto al vice tercero del club, Darío Richarte, el secretario Christian Gribaudo, y el abogado Javier Medín), dejando la sensación de que Boca no quiere jugar el partido y que pretende que todo se resuelva en los escritorios.

D’Onofrio (estuvo junto al secretario de River, Ignacio Villarroel, y el abogado Gonzalo Mayo), que estaba desde el lunes a la tarde, se fue directo desde la sede de la Conmebol al aeropuerto sin hacer declaraciones.

Cuando llegó a Buenos Aires sí habló y dijo: “A mí me contaron que el presidente Mauricio Macri pretende que la final se juegue en River y con público”. Con esa idea pensaba volverse el presidente de River desde Paraguay, sin embargo las chances de jugar en el Monumental se alejaron a partir de los dichos de Domínguez.

Mientras tanto, desde la Conmebol habían deslizado que el fallo saldría el martes a la noche. Sin embargo, horas más tarde comunicaron oficialmente que estaba demorado. ¿El motivo? Boca amplió ayer su presentación con una nueva carpeta de 46 folios y se corrió traslado de ese documento a River, que tenía que responder en no más de 24 horas. Lo mismo sucedió en el caso de Gremio con River y la sanción a Gallardo.

No hay certezas sobre cuándo saldrá. Se supone que este miércoles o a más tardar, el jueves. En Boca aseguran que aportaron pruebas muy contundentes. En River creen que no tienen sustentos.

De los cinco integrantes de la Unidad Disciplinaria, Diego Pirota no votará porque es argentino y de los otros cuatro, lo harán tres para que, en caso de no haber unanimidad, no quede dividido.

Esos tres son el paraguayo Eduardo Gross Brown (presidente del Tribunal), el chileno Cristóbal Valdés y la venezolana Amerilis Belisario. La bolilla no cayó para el brasileño Antonio Meccia, quien supuestamente podía estar a favor de Boca. ¿Influiría en él tal vez la presión de la Confederación Brasileña de Fútbol, enfrentada con Domínguez, el titular de la Conmebol?

¿Qué pasará entonces con la superfinal? ¿Se podrá jugar algún día? Todo indica que, de no ocurrir nada extraño, el fallo va en esa dirección. De hecho, ya se pensaron algunas sedes. Una de ellas fue Asunción, justamente. Desde la Conmebol le preguntaron al comandante la Policía de Paraguay, Walter Vázquez, si podía organizarlo en el Defensores del Chaco. Su respuesta fue que sí. Sin embargo, después del anuncio, le hizo saber a la prensa paraguaya que si se juega aquí, lo hace sin público y cierra la frontera. Y empezaron a trascender las chances de trasladarla a Miami o a Doha. A la capital de Qatar le da más fuerza su cercanía (554 kilómetros) con Abu Dabi, el lugar donde se disputará el Mundial de Clubes. Lejos de la Argentina.

Enviado especial a Asunción

Fuente: Clarín

 



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