Quién es el despachante de Aduana convertido en dealer que cayó con 74 millones de pesos en cocaína rosa y cristal de éxtasis

Christian Castronuovo no tenía nada que llamara la atención



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Los pequeños traficantes que cayeron tras las cinco muertes en la fiesta Time Warp de 2016 amaban mostrarse en Instagram mostrando su lujosa vida.

Castronuovo no se había mudado a Nordelta, sino a un dos ambientes sobre la avenida Directorio en Flores, lindo, moderno, pero nada llamativo. Había trabajado años atrás para un supermercado mayorista, luego comenzó como despachante de Aduana en 2008, empleo en el que siguió hasta hace algunos días atrás.

Cuando se lo llevaron, Christian, de 32 años de edad, les pidió a los policías de la Federal que lo esposaban que por favor no le generaran un problema en la oficina. Su padre y su hermano llegaron al allanamiento en su departamento, confundidos, sin una clave de lo que pasaba. Creían que a Christian, básicamente, le iba bien en su trabajo. No tenía antecedentes penales, un legajo de reincidencia, una causa previa, ni siquiera gastaba mucho en su tarjeta de crédito. Sus vecinos hasta hablaban bien de él, solo tenían buenos adjetivos para calificarlo.

La PFA entró al departamento de Castronuovo el sábado pasado por la noche. Lo dejaron el domingo a las 5 de la mañana. Debieron contar todo lo que encontraron manualmente, unidad por unidad, gramo por gramo.

Para cuando se fueron, el récord ya estaba en el acta: Castronuovo, el despachante de Aduana de la avenida Directorio, se había convertido en el presunto dueño de 22.744 pastillas de éxtasis -entre ellas las «Donald Trump» de color naranja, con la cara del presidente estadounidense y de alto poder, 200 miligramos de MDMA en su interior-, 3100 pastillas micropunto de LSD, un litro y medio de ketamina líquida, planchas de LSD de diez por diez centímetros con la figura del Pac Man o la lengua de los Rolling Stones, casi un kilo de cristal de MDMA, 210 gramos de cogollos de marihuana de una fragancia penetrante y un terrón de cocaína del tamaño del puño de un niño, el mayor lote de drogas sintéticas de la historia argentina reciente.

Fuente: Infobae 



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