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En su regreso a la Copa del Mundo después de 36 años, Perú se encontró con que algunas cosas habían cambiado. La más importante, sin dudas, es el uso de la tecnología. Claro que no siempre se la aprovecha como corresponde.

En el primer tiempo del partido ante Dinamarca hubo dos acciones claras favorables al equipo de Ricardo Gareca para recurrir al VAR, pero sólo se utilizó una vez.

Iban apenas 2 minutos y no había pasado nada en el Mordovia Arena, en la ciudad de Saransk. Entonces llegó la primera incursión peruana al área rival y también la primera gran polémica del partido.

Edison Flores encontró una pelota suelta y enganchó para quedar de frente al arco, cuando el delantero Yussuf Poulsen lo tocó de atrás y cayó: era penal, pero el árbitro gambiano Bakary Gassama dejó seguir. Tampoco recibió señales de los árbitros encargados del VAR, por lo que el juego siguió sin goles.

Fue una oportunidad perdida de volver a aplicar esta herramienta tecnológica, a pocas horas de su debut en un Mundial en el partido que Francia le ganó a Australia por 2-1.

Y faltando 2 minutos para el descanso, reapareció Poulsen tratando de dar una mano en su área y volvió a hacer lío. Barrió a Cueva sin que el árbitro gambiano lo notara, pero esta vez lo pescó el VAR. Era claro penal y esta vez sí fue sancionado.

El mismo Cueva se hizo cargo de la situación, pero su disparo levantó vuelo, pasó por arriba del travesaño y cayó cerca de la tribuna. El desconsuelo acompañó al jugador del San Pablo, que se fue al vestuario rodeado por el afecto de sus compañeros.

Fuente: Clarín