Para bajar a cero la informalidad en el país, el Banco Mundial aconseja «invertir en educación y tecnología»

Según los últimos datos de desempleo publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), el cuarto trimestre de 2017 arrojó una baja interanual de 0,4 puntos porcentuales al afectar al 7,2% de la población activa. Sin embargo, la contracara de esta cifra estuvo dada por la cantidad de trabajo en negro, que aumentó comparado con igual trimestre […]



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Según los últimos datos de desempleo publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), el cuarto trimestre de 2017 arrojó una baja interanual de 0,4 puntos porcentuales al afectar al 7,2% de la población activa. Sin embargo, la contracara de esta cifra estuvo dada por la cantidad de trabajo en negro, que aumentó comparado con igual trimestre de 2016 pasando de un 33,6% a un 34,2%.

De esta manera, parece complicarse el objetivo del oficialismo de luchar contra la informalidad laboral, aunque desde Casa Rosada prometan que una eventual aprobación de la reforma laboral promoverá el trabajo en blanco. En este escenario, autoridades del Banco Mundial presentarán este miércoles un informe con recomendaciones para América Latina (con un apartado para Argentina), acerca de los empleos del futuro en la región.

Jesko Hentschel, director de la entidad para Argentina, Paraguay y Uruguay, adelantó a ámbito.coml os principales ejes del informe que se dará a conocer, y remarcó que el vínculo entre «trabajo y tecnología», será «uno de los mensajes más fuertes».

«El enfoque que intentamos promover desde el Banco Mundial es ver cómo podrían participar personas y trabajadores que tienen competencias más básicas, como educación primaria por ejemplo, en este proceso del cambio tecnológico«, explicó.

Hentschel aseguró que, pese al temor generalizado acerca de que un avance de la tecnología pueda atentar contra la fuerza de trabajo manual, la realidad demuestra que «no es tan sí».

«En los últimos 200 años tuvimos revoluciones tecnológicas, por ejemplo la revolución industrial, que cambiaron fuertemente la manera en la que trabajaba la gente. Si miramos esto a la distancia, no desaparecieron los empleos, sino que cambiaron«, argumentó.

Para el director local del Banco Mundial, los Gobiernos deben hacer hincapié en analizar qué pueden aportar para que los trabajadores estén «listos para utilizar el cambio tecnológico a su favor, de la mejor manera posible«.

«Es completamente normal que cualquier cambio para el ser humano sea difícil, es la manera en la que estamos psicológicamente estructurados. Pero las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías son tan grandes para aumentar el bienestar social, bajar la pobreza y crear empleo, que necesitamos aprovecharlas«, analizó Hentschel.

En este marco, explicó que aunque el temor al avance tecnológico está presente en buena parte del mundo, las «principales discusiones políticas en Europa, Estados Unidos y varios de los países más ricos» giran en torno a las nuevas tecnologías.

Respecto al caso argentino, celebró las reformas impulsadas por el Gobierno y destacó que «hay mucha más gente conectada a la seguridad social». Sin embargo, sostuvo que «bajar a cero la informalidad, va a ser un camino largo«, y que para esto «necesitamos algunas reformas que muestren beneficios a largo plazo«. «Una de ellas es qué hacer con los chicos. Sabemos que el cerebro se forma en los primeros años con una rapidez que nunca jamás en la vida se va a poder reproducir. Entonces, la inversión debe ser crucial en los primeros años, es lo más importante que un país debe hacer«, explicó.

Vale recordar que la recomendación del Banco Mundial va en línea con las realizadas por la OCDE en el marco de la primera Ministerial del G20 que tuvo lugar hace un mes en nuestro país. Allí, el organismo aconsejó al Gobierno de Mauricio Macri una «mayor inversión en educación durante los primeros años de infancia para reducir la brecha provocada por el entono familiar».

«En países del sudeste asiático se hizo una importante inversión en educación que formó una nueva generación capaz para aprovechar las oportunidades económicas que se presentaban y creo que esto tiene muchas lecciones en el tiempo de hoy«, remarcó el funcionario del Banco Mundial.

Consultado acerca de qué tipo de reformas educativas se necesitan para ponerse a tono con los avances tecnológicos, el director de la entidad apostó por una «formación continua en competencias que van a ser demandadas en el futuro», y enumeró «cognitivas, analíticas y socioemocionales».

«Las computadoras nunca van a poder transmitir emociones, nunca van a poder formar equipos, consensos, sólo son herramientas para que nosotros podamos trabajar», añadió.

«Aquí hay ejemplos muy buenos de cómo utilizar la tecnología en las escuela: el hecho de que cada alumno tenga una computadora es una buena señal, aunque sólo eso no basta, tienen que utilizarla en un modelo pedagógico diferente, esa es la parte que necesitamos cambiar. Necesitamos una retroalimentación creativa entre docentes y alumnos«, concluyó.

 

Fuente: Ámbito

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