Nahir Galarza: las pericias revelaron cómo fue la madrugada en que mató a Fernando Pastorizzo

Los peritos que declararon en el juicio aportaron detalles clave. La velocidad de la moto, la manipulación del arma y cómo fueron los disparos.



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La madrugada del 29 de diciembre de 2017, Nahir Galarza asesinó a Fernando Pastorizzo. Eso no está en discusión, lo admitió la propia imputada en su declaración. Pero según sus dichos, el arma se le disparó de manera accidental en dos ocasiones. Algo que para el técnico en balística que declaró en el juicio, Javier Azcuénaga, es casi imposible: “En mis años de experiencia jamás vi o me enteré de que una persona se le escaparan dos tiros de manera involuntaria”.

A partir de esa gran diferencia en los testimonios, distintos peritos, forenses, inspectores, bioquímicos declararon este martes frente a los tres jueces que decidirán el futuro de la joven estudiante de abogacía, y explicaron paso a paso qué fue lo que sucedió esa fatídica madrugada de verano.

Ni alcohol ni drogas

Desde la defensa dicen que Pastorizzo tenía problemas con las drogas y con el alcohol, que eso lo violentaba y que por eso maltrataba a Nahir.

Mariela Sánchez, bioquímica, se encargó de determinar el grado de alcohol en sangre en la víctima. “Resultado negativo”, dijo cuando contó cómo había sido el informe. Su declaración duró apenas 10 minutos. Luego ingresó María Taleb, también bioquímica. Su función es la toxicología, registrar si había rastros de drogas en sangre y orina de Fernando. ¿Su diagnóstico? “Resultado negativo”, repitió como su colega.

El viaje en moto

Nahir dice que el arma la había agarrado Fernando. Que se subieron a la moto y que él empezó a manejar a gran velocidad. Que doblaba muy brusco en las esquinas. Que a ella le dio miedo.

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Nahir, en una de las audiencias (José Almeida)

Mariano Zabala es perito de la división criminalística de Gualeguaychú. El hombre, que hace entre cinco y seis pericias por mes, fue el encargado de hablar del movimiento de la motomomentos previos a la muerte de Pastorizzo. El especialista contó que el vehículo circulaba “de forma recta” a menos de 12 kilómetros por hora y que luego, en el momento del primer disparo, la moto estaba a muy poca velocidad: “Diría que detenida”, analizó. “No hay zigzagueo”, dijo y agregó: “Si hubiese circulado más rápido se notaría en las huellas”.

Cómo salieron los disparos

Nahir declaró en la fiscalía – se negó hasta el momento de hacerlo frente a los jueces – que como Fernando manejaba a gran velocidad, ella se tomó de su cintura y se quedó con el arma, que fue entonces que le salió sin intención el primer disparo. Aturdida bajó de la moto para ver qué pasaba y cuando se agachó le salió el segundo disparo de manera involuntaria. Dos tiros ocasionales.

“En mis años de experiencia jamás vi o me enteré de que a una persona se le escaparan dos tiros de manera involuntaria”, dijo contundente el técnico en balística Javier Azcué, y continuó: “El primero de ellos pudo haber sido sin intención hay un 50 y un 50 de probabilidades”, admitió, pero afirmó que no hay forma de que el segundo también lo sea: “Me pasó de conocer o de presenciar casos de tiros accidentales. En ese momento la persona suelta el arma, se le cae, se asusta. No camina con el revólver en la mano y vuelve a disparar”.

Sobre ese último punto, el médico forense Marcelo Benetti dio detalles de cómo ocurrieron los hechos según su investigación:

foto jose almeida

El arma homicida, mostrada en el juicio (José Almeida)

“El primer disparo entró por la espalda y atravesó todo el cuerpo hasta salir por la tetilla derecha”, describió. El recorrido mortal de la bala atravesó el pulmón y sin tocar hueso impactó en una casa que estaba ubicada a 50 metros del lugar donde Fernando quedó tirado al costado de su moto, con una mano apoyada en el pecho. El impacto se dio mientras los dos estaban sentados todavía en el vehículo.

“El segundo disparo fue a 15 centímetros de distancia, entró a milímetros de donde había salido el primer tiro (tetilla derecha) y salió cerca de donde había ingresado el primero”. A esa altura el joven ya había perdido la consciencia.

Los expertos dijeron que, para realizar ese segundo disparo, Nahir tuvo que haberse bajado de la moto, caminar hasta ponerse de frente a la persona y necesariamente tuvo que agacharse. La bala fue encontrada del otro lado de la espalda de Pastorizzo, enterrada en el suelo a cinco centímetros de profundidad.

foto jose almeida

Nahir, trasladada a la salida de los tribunales (José Almeida)

Nadie fue testigo directo de lo que pasó. El lugar, una zona oscura con poca luz artificial, de casas bajas y galpones, fue el escenario donde Gualeguaychú amanecería ese mismo 29 de diciembre de 2017 impactado por la situación. Nahir Galarza, que ahora pasa sus días en una celda de 2×4 con una mesa de material en el medio y una cama de concreto, puede ser condenada a cadena perpetua. En dos semanas se sabrá el veredicto.

 

Fuente: Clarín 



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