Mientras la CGT ya debate su futuro líder, Moyano se alía con Baradel y reflota el MTA

Pablo Moyano presentó su propio espacio gremial junto a las dos CTA y movimientos sociales tras irse de la entidad. El resto de los sindicatos construye la nueva cúpula cegetista



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No perdió el tiempo Pablo Moyano tras haber anunciado su renuncia y la salida del sindicato de Camioneros de la CGT. Ayer por la mañana el dirigente mandó retirar sus pertenencias de las oficinas que ocupaba en la sede cegetista de Azopardo 802 y por la tarde puso en marcha el operativo de construcción del nuevo espacio sindical desde el cual junto a su padre, Hugo Moyano, apuesta a hacerle frente al Gobierno.

Un remozado MTA, similar al que el líder de Camioneros consolidó en la década del 90 en oposición al menemismo pero ahora bajo el nombre de Corriente Sindical Federal y Popular, en el que confluyan los dirigentes que asumen la posición más confrontativa con el Ejecutivo macrista y las organizaciones sociales con fuerte poder de movilización callejera. En medio del duro conflicto docente y más allá de reforzar su propio liderazgo, la gran apuesta de Moyano es lograr es convertir al líder del Suteba, Roberto Baradel, en la otra cara fuerte del espacio gremial opositor.

El número dos de Camioneros buscó con su jugada (un encuentro armado rápidamente que además de Baradel reunió a los jefes de las dos CGT, Hugo Yasky y Pablo Micheli, y a referentes de organizaciones sociales) contraponer a la contundente foto que todos los grupos sindicales enfrentados al moyanismo y con una postura dialoguista hacia la Casa Rosada conformaron en la sede del gremio del gas, invitados por el dirigente Oscar Mangone.

Allí compartieron un almuerzo, después de largo tiempo de distanciamiento, referentes de sectores como los gordos, independientes, de las 62 Organizaciones, el MASA de Omar Viviani, los dirigentes Sergio Sasia y Guillermo Moser (Luz y Fuerza) recientemente alejados del taxista, y algunos gremialistas ahora exiliados del moyanismo, que buscan un paraguas de contención. Solo el gastronómico Luis Barrionuevo y el renunciado triunviro Juan Carlos Schmid, quienes compartieron un encuentro privado el martes por la tarde, faltaron a la cita, aunque muchos descuentan que terminarán sumándose a ese espacio.

A esa multiplicidad de grupos los une la decisión de consolidar una nueva conducción de la central obrera, desde una posición moderada en su relación con la administración macrista y sin la presión de las necesidades políticas del moyanismo. Sin embargo, el alejamiento del camionero de la entidad no supone por ahora una aceleración en el proceso de alumbrar una nueva cúpula que englobe a todos los sectores. «No hay que apurarse, primero hay que reconstruir la confianza y la unidad», advirtió uno de los gremialistas que estuvo en el almuerzo. La gran pulseada estará dada por la definición del formato de conducción y los candidatos a integrarla.

De las conversaciones de ayer solo emergió una posición mayoritaria en favor de la nominación de un liderazgo unipersonal que conforme a todos. No son tantos los dirigentes con posibilidades de expresarlo: el actual triunviro Héctor Daer y el ferroviario Sasia, los que emergen con más chances.

Fuente: El Cronista



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