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MADRID.- Inútil pretender tomar uno porque no hay. En cambio, hay cientos en bloqueos espontáneos de grandes arterias de las principales ciudades españolas.
En su lucha «contra Uber y todos los servicios de ese tipo», los taxis no prestan servicio en casi ninguna de las ciudades importantes del país y colapsaron buena parte de sus principales accesos.
«A esto tenemos que llegar para que las autoridades impongan a esas empresas las mismas condiciones que a nosotros, sobre todo, en pago de impuestos y exigencias de reglamento», dijo uno de los choferes en uno de los carriles que ocuparon del tradicional Paseo de la Castellana.
En buena medida espontánea, la chispa de la protesta comenzó en Barcelona este fin de semana y hoy se expandió con velocidad por las principales ciudades. No hay taxis tampoco en Valencia, Zaragoza, Bilbao, Sevilla, Málaga, ni en ninguno de los principales centros de la turística Costa del Sol, Marbella y Torremolinos incluidas.
Tanto en los aeropuertos como en las estaciones de trenes y ómnibus se ven situaciones similares: pasajeros que salen cargados de valijas en busca de un transporte urbano para llegar a destino y que regresan, puertas adentro, en busca de otras opciones para llegar. Todo, bajo temperaturas abrasadoras.
La puja es, sobre todo, contra los servicios de Uber y Cabify, dos empresas que, a través de sus aplicaciones de Internet, coparon buena parte del mercado de transporte público con automóvil.
Por caso, Cabify cobra ahora 15 euros por un traslado desde el aeropuerto de Barajas al centro de la ciudad, algo que los taxis facturan por tarifa fija a exactamente el doble: 30 euros.
Treinta por cada uno
Lo que quieren los taxistas es que eso se limite y que no haya más que un Vehículo de Transporte con Conductor (VTC), como denominan a esos nuevos servicios, por cada treinta taxis.