Marcha federal: la Plaza de Mayo tendrá su primer acto tras las obras de renovación

Por las rejas, sólo se podrá usar la mitad. El fantasma sobre los daños en Congreso durante una protesta en diciembre.



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El lunes se inauguraron las obras de puesta en valor. Y este viernes la Plaza de Mayo recibirá su primer acto popular. El escenario que servirá para el cierre de la Marcha federal fue instalado en la mitad de la plaza. Es decir, antes de la zona de la Pirámide en donde se colocó una reja que permite cerrar el perímetro de punta a punta, incluidas las calles laterales, para asilar a la Casa Rosada.

Aunque se espera un gran despliegue de seguridad, esta mañana en redes sociales y en mensajes a programas de radio surgió la duda de cómo se cuidará la plaza durante el acto. Es que todavía está fresca la protesta que destruyó la Plaza del Congreso, que había sido inaugurada el año pasado como parte del plan de renovación del Eje Cívico, que incluye trabajos en las fachadas de edificios históricos de la avenida de Mayo.

Muchas veces, tras marchas o manifestaciones de diferentes agrupaciones, monumentos y mobiliario urbano sufren pintadas o roturas en los alrededores de la Plaza de Mayo. Ahora, por ejemplo, la Catedral está vallada y la Pirámide de Mayo rodeada por una reja. El Cabildo, más desprotegido, suele sufrir pintadas sobre sus paredes blancas.

En la Plaza de Mayo, desde 2001, cuando se colocaron vallas policiales que nunca fueron retiradas, la estrategia se repite ante cada manifestación. Las vallas antes, y las rejas ahora, se utilizan con el argumento de «resguardar la seguridad presidencial».

El nuevo enrejado atraviesa la plaza y tiene un sistema de portones plegables que pueden abrirse o cerrarse según las necesidades. Ayer, por ejemplo, el portón central estaba cerrado, y para acceder a la mitad de la plaza que está más cerca de la Rosada, había que trasladarse hasta las veredas laterales, donde los portones estaban abiertos.

Como la reja cruza las calles Rivadavia e Hipólito Yrigoyen, e incluso avanza sobre las veredas que están frente a la plaza, una parte de la estructura queda aún sobre la calles y les restringe un carril. En realidad, la plaza se ensanchó y ocupó dos carriles más, sobre los que estaban las vallas, que en 2013 fueron amuradas y ocupaban la calzada en forma permanente.

Según los números oficiales, la plaza incorporó 4 mil metros cuadrados y poco más de mil en superficie verde. El costo total de la obra fue $ 43.792.575. Se pagó con fondos del Gobierno porteño.

El Observatorio del Derecho a la Ciudad y el de Patrimonio y Políticas Urbanas presentaron un recurso de amparo contra las rejas, que quedó en manos del juez en lo Contencioso Administrativo porteño Osvaldo Otheguy.

El argumento es que su colocación no fue aprobada por ley. Y que las rejas no forman parte del diseño histórico de la Plaza de Mayo, ya sea que se tome la morfología que tenía en 1897, según el criterio de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos, o en 2000, cuando se aprobó el Código de Planeamiento urbano que define a la plaza como Área de Protección Histórica.

 

Fuente: Clarín 

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