Macron nombró como primer ministro al conservador Édouard Philippe

De 46 años, miembro del partido Los Republicanos, es alcalde de la ciudad de Le Havre y conocido por haber sido durante años uno de los más próximos colaboradores del ex primer ministro Alain Juppé.



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El nuevo presidente Emmanuel Macron nombró primer ministro al conservador Edouard Philippe, hasta hasta ahora diputado en la Asamblea Nacional por el partido Los Republicanos y alcalde de la ciudad portuaria de Le Havre, en el norte del país, en una clara señal de acercamiento al centro-derecha, de cara a las elecciones parlamentarias de junio.
Philippe, de 46 años, que sustituye al socialista Bernard Cazeneuve en el cargo es -como Macron- una cara nueva en la política nacional, no muy conocido por el gran público galo, aunque con gran experiencia ejecutiva de dirigir una ciudad de 175.000 habitantes desde 2010.
El secretario general del Elíseo, Alexis Kohler, fue el encargado de anunciar que Macron había elegido a Philippe, y que «le ha encargado formar el nuevo Gobierno», que se espera que se presente mañana mismo, antes de la celebración del primer Consejo de Ministros, que será el miércoles,informaron las agencias de noticias EFE y DPA.
Kohler lo hizo en una breve comparecencia que se hizo esperar, ya que se produjo pocos minutos antes de las 15.00 hora local (10 de Argentina), a pesar de que estaba prevista para la primera hora de la mañana, lo que hizo que empezaran a circular diversos rumores.
El anuncio tuvo lugar poco antes de que el jefe del Estado saliera del Palacio del Elíseo en dirección a Berlín, donde tiene una cita a las 17.30 hora local (14.30 de Argentina) con la canciller alemana, Angela Merkel, para hablar del relanzamiento del proyecto europeo.
Philippe se encontraba desde media mañana en su despacho de diputado en la Asamblea Nacional, adonde llegó seguido por cámaras de televisión desde su domicilio de París.
La entrada en funciones del nuevo jefe del Gobierno se debe formalizar este lunes mismo, ya que el primer ministro saliente, el socialista Bernard Cazeneuve, tenía preparado el estrado para la ceremonia del traspaso de poderes desde primera hora en su residencia oficial del Hotel de Matignon.
Philippe no sólo es miembro de Los Republicanos, sino que durante años ha sido uno de los más próximos colaboradores del ex primer ministro Alain Juppé, al que apoyó en la campaña para las primarias de la derecha en noviembre, cuando fue derrotado por François Fillon.
En una primera reacción, Juppé dijo a la prensa que Philippe «es un hombre de una gran calidad para la misión difícil que le ha encomendado el presidente» y «un diputado que conoce bien los arcanos de la vida parlamentaria».
Su principal reto es poner en práctica las prioridades del jefe del Estado, sabiendo que para eso tendrá que conseguir una mayoría parlamentaria en las elecciones legislativas de junio.
La decisión de Macron, quien se convirtió ayer con 39 años en el presidente más joven de la historia de Francia, constituye una clara señal de acercamiento al centro-derecha de cara a las elecciones parlamentarias de junio, pero también es un ejemplo de su visión que considera superada la dicotomía entre la izquierda y la derecha en la política francesa.
Ayer, Macron dedicó una parte importante de su discurso inaugural a poner de relieve la importancia de relanzar el proyecto europeo como base para que Francia pueda mantenerse como potencia mundial y proyectarse en el mundo.
En esa alocución, insistió en que será necesaria «una Europa más eficaz, más democrática, más política» que «proteja», y dijo que trabajará para conseguirlo. «Yo no cederé a ninguno de los compromisos que le hice a los franceses», aseguró además.
«El trabajo será liberado, las empresas serán apoyadas, la creación y la innovación serán el corazón de nuestro país. Necesitamos una Europa más eficaz, más democrática, más política porque ella es el instrumento de nuestra potencia y nuestra soberanía», declaró el flamante presidente al coronar la ceremonia de asunción que encabezó Laurent Fabius, el presidente del Consejo Constitucional y ex canciller.
Durante la campaña para su elección, a diferencia de la casi totalidad de los otros candidatos -y sobre todo de la ultraderechista Marine Le Pen-, había evitado culpar a Bruselas y a la Unión Europea (UE) de los problemas franceses.
Y aunque se fijó una serie de cambios en el funcionamiento de la UE y de la zona euro, avanzó para convencer a las instituciones comunitarias y a sus socios -en particular a Alemania-, que Francia debe dar ejemplo poniendo en orden sus cuentas públicas -el déficit debería estar por debajo del 3 % del PIB este año- y con reformas como la del mercado laboral.
Entre esos objetivos, uno de los que más chocan con Berlín es el de un presupuesto de la zona euro para financiar inversiones, ayudar a los países que sufran un choque económico o reducir los desequilibrios entre los miembros de la moneda única.
Hoy, previo a la cumbre entre los líderes germano y francés, Merkel, afirmó que «confía totalmente» en que el nuevo presidente francés, quien dijo tiene un plan para su país.
Merkel aseguró, en la rueda de prensa que ofreció para analizar los resultados de las elecciones de ayer en Renania del Norte-Westfalia, que ella será «la última quien le diga a Francia lo que tiene que hacer».
«Tengo total confianza en que él lo sabe», dijo Merkel, quien consideró que Macron «mira con optimismo al futuro», tiene una «buena visión» de qué quiere para su país y «buenas iniciativas» para Europa, que ella va a recibir con «apertura».
Luego, agregó, vendrán las conversaciones bilaterales arrancan en la Cancillería, ya que es tradicional que el líder recién nombrado en uno de los dos países acuda en primer lugar a visitar al del otro.

Fuente: télam



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