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Nahir Galarza, condenada a prisión perpetua en el penal de Mujeres de Paraná por el homicidio de Fernando Pastorizzo, inició en los últimos días una huelga de hambre para poder recibir visitas en plena cuarentena por el coronavirus.
Tras llevar varios días con esta medida y habiendo perdido 8 kilos, sus padres se mostraron preocupados por su estado de salud. “Nadie se ocupó de ella, nadie fue a verla. Ni de los organismos de derechos humanos. Es una discriminación, como si lo que pide fuera un capricho y no un derecho e hicieran la diferencia con ella”, expresaron.
En ese sentido, agregaron: «Su vida está en riesgo. Hace dos meses que no nos vemos. Ella lleva dos años procesada sin condena firme. No puede estar más de ese tiempo detenida sin sentencia firme».
«Fue difícil, mis cumpleaños siempre fueron con mi esposa y mis hijos, pero todo es duro. Todo lo que se ha pedido judicialmente ni siquiera se contempló, como si hubiera una condena de antemano”, afirmó angustiado Marcelo Galarza a Infobae.
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