Cuando mañana a primera hora Pablo Moyano se siente frente al fiscal Sebastián Scalera, va a escuchar de la boca del propio representante del Ministerio Público Fiscal la acusación de ser el jefe de una asociación ilícita, tal como se ha caracterizado a la barra brava de Independiente, y también podrá ver todo el cuerpo de pruebas por el que fue llamado a indagatoria.

Y ahí, en ese exacto momento, más allá de las declaraciones incriminatorias de Pablo «Bebote» Álvarez que lo sindica como el máximo responsable de los beneficios que obtenía la barra y más allá de los dichos en sede judicial de Damián Langaronne, mano derecha de Álvarez, que ratificó todo lo mencionado por Bebote, tendrá que responder sobre un asunto particular: el intercambio de Whatsapp que tuvo con Roberto «el Polaco» Petrov, considerado organizador de la barra, miembro del Sindicato de Camioneros, ex custodio de Hugo Moyano y asiduo concurrente al palco de la dirigencia en partidos del Rojo por Copa Argentina.

Y en ese caso, no serán dichos de terceros los que se presentarán como eje de la indagatoria, sino comunicaciones fehacientes entabladas entre ambos.

Infobae accedió a esos intercambios que sostienen la acusación por la cual el fiscal pidió diez días atrás su detención, que fue denegada por el juez Luis Carzoglio. Y en lo que pueda explicar o no Moyano sobre esos mensajes radica buena parte de su suerte en esta causa.

Primero hay que poner los mensajes en contexto. Desde la asunción de Hugo Moyano como presidente de Independiente en julio de 2014, Pablo Bebote Álvarez volvió a ingresar al estadio Libertadores de América, algo que le estaba vedado en la gestión precedente, la de Javier Cantero.

Durante dos años la convivencia barra-dirigencia fue total, a punto tal que Bebote ganó la camiseta del Rojo firmada por el Kun Agüero en la primera cena solidaria llevada adelante en La Rural, que se le puso en el cartel luminoso de la cancha «Feliz cumpleaños Bebote» cuando celebró un nuevo aniversario, que pudo hacer un cortejo fúnebre de un ex barra en la tribuna central de la canchay que se dio el lujo de armar una fiesta de fin de año en el campo de juego con más de 300 barras, torneo de fútbol incluido.

Pero ese poder creciente que Álvarez volvió a tener mareó al capobarra. Quien creyó que podía armar una agrupación propia y conseguir más de 2.000 carnets para influir en las elecciones de 2017.

Ahí empezaron los cortocircuitos con la dirigencia y, especialmente, con la familia Moyano. Hasta entonces, según declaraciones que constan en la causa, la barra tenía 1.000 tickets por partido más una cantidad imprecisa de protocolos que no bajaban de los 250 tanto para ingresar a la cancha como para la reventa.

Y todo eso era retirado en una oficina céntrica de la empresa que confeccionaba los ingresos, llamada Integradores SA, que además está laboralmente vinculada a Camioneros.

También hasta ese momento se venía llevando adelante sin problemas la financiación de los viajes de la barra, ya sea al exterior o al interior del país. Así da cuenta, por ejemplo, el viaje a Colombia para ver al Rojo en la Copa Sudamericana frente a Independiente Santa Fe, donde los barras se ubicaron en un sector exclusivo para dirigentes.

Pero esa aspiración de Álvarez de tener una presencia política en el club más allá de los negocios ilegales generó el conflicto. Y en el medio quedó el Polaco Petrov, quien era un elemento marginal de toda la estructura, hasta que tras el triunfo de Moyano en las elecciones del club se paró en el paravalancha al lado de Bebote.

Ese caldo de cultivo que también se estaba generando por el cambio de condiciones para viajar (hasta la llegada de Moyano, Álvarez contrataba los micros por su cuenta con el consiguiente beneficio en efectivo mientras que desde el cambio de autoridades tuvo que tratar con una empresa vinculada a Camioneros), hizo subir la tensión. Hasta que la cuerda se cortó y Bebote pasó al bando contrario.

Con este panorama, los Whatsapp dan otra idea del rol de cada cual en la banda.

Así, el 17 de mayo de 2016 a las 5:23 PM desde el celular identificado por la Justicia como de Pablo Moyano sale un mensaje al de Petrov con el texto: «Qué hacés! El tarado éste va a ir a romper las pelotas hoy?».

Tres minutos más tarde aparece otro: «Mi viejo dio la orden no entra. Ya está que se pudra todo».

La respuesta de Petrov hacia el contacto identificado como Pablo Moyano es a las 5:32 del mismo día y dice: «Ya es hora de terminar con esto, yo estoy re podrido. Lo que vos digas, Salvaje», dando además crédito al apodo con el que la barra llamaba según sus miembros a Pablo Moyano, algo que el líder camionero niega.

Después hay otros Whatsapp que se mandan el Día del Amigo, que solo sirven para probar la relación de cercanía entre ambos, pero en septiembre vuelve a tratarse el tema de la barra.

El 10 de septiembre de 2016 Independiente recibía como local a Godoy Cruz de Mendoza por la Superliga y había un conflicto por los tickets de la barra. Según consta en escuchas entre Álvarez y Petrov, se presume que Camioneros iba a mandar 250 personas propias a la tribuna bajo el mando del Polaco, como para sentar presencia.

Y hasta se rumoreaba que habían sondeado a la ex barra conducida por César «Loquillo» Rodríguez para que fuera a la cancha y le hiciera frente a la que llevaba adelante Bebote.

Eso genera una discusión entre ambos donde Bebote le deja en claro a Petrov que Loquillo no puede entrar más y que si querían llevar otra gente esos tickets no podían salir de los 1.000 que le correspondían a la barra.

En esa discusión el líder le dice al Polaco que se ponga firme con El Salvaje, que los 1.000 tickets de la barra no se tocan. Y el Polaco manda el 5 de septiembre de 2016 tres mensajes al contacto identificado presuntamente como Pablo Moyano para alertar sobre el tema.

«Sabías que jugamos el sábado», es el primero.

A posteriori, al no recibir respuesta, insiste: «Pablo son dos minutos así me saco este quilombo de ensima (sic)».

Y al no obtener diálogo, repite: «Nesecito ablar con vos salvaje. Para saver que les digo a los pibes (sic)».

Más allá de las faltas de ortografía, para la fiscalía este último Whatsapp prueba que el jefe de la asociación ilícita era Pablo Moyano, ya que Petrov, considerado el nexo entre la dirigencia y la barra, hace expresa alusión al partido y espera instrucciones para transmitirles «a los pibes».

En el medio, hay un montón de audios de Whatsapp entre Bebote y el Polaco hablando de cómo manejarse con la dirigencia, de cuántas cosas les dan, de por qué para ir a Chile pasaron de 100 barras en avión a solo 48 y muchos más.

Pero claro, esos son intercambios donde Moyano, señalado como el Salvaje, aparece nombrado por terceras personas, lo que debilita la acusación. En cambio, los mensajes entre el sindicalista y Petrov son los que la fortifican.

Habrá que ver qué dicen los involucrados mañana. Para Daniel Llermanos, abogado de Moyano, son diálogos sin importancia y eso mismo consideró en su rechazo al pedido de detención el juez Luis Carzoglio.

Para el fiscal Scalera, son prueba directa de connivencia.

Moyano hijo declara primero. Según pudo saber Infobae, primero su defensa quiere ver todo el corpus probatorio para decidir después si habla, si se niega a hacerlo o si pide una postergación para analizar todo.

Poco después será el turno de Petrov. Y ahí está también una de las claves de este proceso. ¿Qué hará el famoso Polaco, quien lleva ya 11 meses detenido? ¿Hablará o respetará como en todo este tiempo el pacto de silencio? Si bien sigue preso en el penal de La Plata, sus hijas trabajan en Camioneros y, según cuentan sus allegados, aunque está detenido no le falta absolutamente nada.

Pero en este mundo de lealtades y traiciones constantes, nadie sabe muy bien qué esperar. Por ahora el fiscal Scalera imputó a 52 personas de ser parte de la asociación ilícita «Los Diablos Rojos», como se hace llamar la barra brava de Independiente. Si Moyano la lidera o no, se verá desde mañana.

Fuente: Infobae