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José María Olazagasti fue detenido hoy en el marco de la megacausa por los cuadernos de las coimas que se inició a raíz de una investigación de LA NACION.
Mientras su exjefe, Julio De Vido , lleva meses preso, el «Vasco» se mantenía en la periferia de múltiples investigaciones: esde el » caso Antonini «, la «embajada paralela» en Venezuela, la supuesta compra de activos -y voluntades-, hasta el presunto traslado de valijas de dinero en efectivo.
A diferencia del resto del círculo de De Vido, Olazagasti ya era empleado público cuando el kirchnerismo llegó a la Casa Rosada. Pero fue con el entonces ministro que el «Vasco» comenzó a gozar de los beneficios del poder. Primero se convirtió en su secretario privado -y custodio de su insulina-, luego asumió la jefatura de Ceremonial y hasta representó al país en el exterior.
Cuando La Cámpora desembarcó en la Secretaría de Inteligencia (exSIDE), Olazagasti también ingresó al espionaje, donde recibió hasta un nombre en clave y algunos pretendieron señalarlo como el número tres de «la Casa».
Antes y después, la Justicia se topó con su nombre en múltiples ocasiones. Pero nunca afrontó mayores situaciones judiciales. Acaso porque siempre se llevó muy bien con uno de los operadores dilectos del kirchnerismo: Alfredo «Freddy» Lijo, hermano del juez federal Ariel Lijo.
Así fue como, por ejemplo, Olazagasti fue quien autorizó el ingreso de Guido Alejandro Antonini Wilson en la Casa Rosada, 48 horas después del decomiso de la valija con dólares en Aeroparque, según él mismo reconoció ante la consulta de LA NACION. Luego se retractó y lo negó.
Su nombre reapareció en los cables confidenciales que el entonces secretario de Integración Económica Americana y Mercosur de la Cancillería, Eduardo Sigal, envió al flamante canciller, Héctor Timerman. Lo alertó sobre la diplomacia «paralela» que Olazagasti desarrollaba en Venezuela, donde definía qué empresas participaban en las rondas comerciales y cuáles no.
La revelación de esos cables, por parte de Hugo Alconada Mon para LA NACION, le costó su cargo a Sigal, pero no a Olazagasti, que también se encargó de vender la participación argentina en el proyecto ecuatoriano Coca Codo Sinclair. Otra polémica de la que salió indemne.
También salió ileso de la denuncia que radicaron las diputadas opositoras Cynthia Hotton (Valores para mi País) y Elsa Álvarez. Lo señalaron como uno de los funcionarios que les ofrecieron dinero o prebendas para que aprobaran el proyecto de presupuesto 2011 o, por lo menos, que se ausentaran de la sesión.
En el caso de los cuadernos, el nombre del «Vasco» se repitió en varias oportunidades, por ejemplo, «Nelson retira US$ 1.000.000 Hotel de la calle Esmeralda. Se lo lleva al a Hernan, Sec. De Jose María Olazagasti para que este se lo de a De Vido», anotó Centeno en mayo de 2015 en el último de los ocho cuadernos que desataron la mayor redada judicial de exfuncionarios y empresarios de los últimos tiempos.