Los cuadernos de las coimas: la Universidad de Córdoba suspendió a De Goycoechea como docente

CORDOBA. El abogado cordobés Juan Carlos de Goycoechea -el primer empresario arrepentido en la causa de » los cuadernos de las coimas «- fue suspendido hoy por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) donde integra, como profesor ayudante, la cátedra de Derecho Procesal Administrativo, en tercer año de la carrera. Confirmó el dato, Pedro […]



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CORDOBA. El abogado cordobés Juan Carlos de Goycoechea -el primer empresario arrepentido en la causa de » los cuadernos de las coimas «- fue suspendido hoy por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) donde integra, como profesor ayudante, la cátedra de Derecho Procesal Administrativo, en tercer año de la carrera. Confirmó el dato, Pedro Yanzi Ferreyra, el decano.
En Córdoba, además, es integrante es uno de los estudios de abogados más antiguos y tradicionales. Hasta hace 13 años -cuando falleció- lo formaba el expresidente del Banco Córdoba, Luis Ferraro; Juan José Castellanos y María Cristina de Biasi. Con la muerte de Ferraro los otros tres se repartieron las acciones y lo rebautizaron De Biasi, Castellanos & De Goycoechea.

Hoy la radio Cadena 3 pasó nuevamente una entrevista con el empresario de hace seis años; fue a fines de 2012 cuando el kirchnerismo dio de baja el proyecto del tren bala que uniría Buenos Aires con Córdoba. La filial Argentina de Isolux Corsam, integraba la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que participaba en la iniciativa.

Agregó: «También tengo la firme convicción que si este proyecto hubiese quedado en la órbita del Ministerio de Planificación probablemente la expectativa de hacerlo estaría vigente». Es decir, confiaba en que con el exministro Julio De Vido la historia podría haber cambiado.

Cuando está en Córdoba, «el Gordo» como le dicen muchos de sus amigos que lo conocieron antes de que adelgazara, reparte su tiempo entre su casa del barrio «El Refugio» y la localidad serrana El Durazno, en Calamuchita.

Fuente: La Nación



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