Las víctimas de Cromañon antes del recital de Fontanet: que no toquen con «nuestras zapatillas»

Sobrevivientes y familiares de los fallecidos en el boliche de Once dicen que los ex Callejeros no son asesinos, pero sí irresponsables.



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En un documento, sobrevivientes, familiares y amigos de las víctimas de la tragedia de Cromañón se expresaron en relación al regreso a los escenarios de exintegrantes de Callejeros. «No es nuestra intención impedirlo, pero sí aportar reflexiones a su público potencial y hacer memoria junto a nuestro pueblo», dice el escrito.

Tras salir en libertad, Patricio Fontanet volvió a su banda Don Osvaldo, que comparte con otro ex Callejeros, el bajista Cristian Torrejón. Mientras que otros tres músicos de Callejeros (el saxofonista Elio Delgado y los guitarristas Maximiliano Djerfy y Juan Carbone), se juntaron y crearon Nuestra Raza.

Fontanet, en libertad condicional, debe cumplir una serie de disposiciones de la Justicia para actuar como músico en público. Entre ellas, no puede ser parte de la organización de shows ni efectuar manifestaciones vinculadas a la causa Cromañón.

En su texto, los colectivos Sobrevivientes, familiares y amigos autoconvocados; el grupo Que No Se Repita y el grupo Memoria y Justicia por Nuestros Pibes, piden que no se nombre en los shows a los chicos y chicas víctimas del incendio de la noche del 30 de diciembre de 2004 en el boliche de Once. «El homenaje a quienes no están no es un recital comercial, sino la lucha por justicia. NO son ‘invisibles’, los recordamos cotidianamente y por ellxs luchamos», dice el escrito.

En la conjunción de responsabilidades que desembocaron en la tragedia, el grupo Callejeros tuvo un lugar, dicen los familiares. «No les diremos ‘asesinos’, pero sí les decimos irresponsables.Y sí afirmamos que traicionaron de muchas maneras a su propio público, como quedó evidenciado en numerosos testimonios (tanto de la causa penal como de medios de comunicación)», sigue el texto, que enumera en que basan su imputación.

Dicen que la banda conocía el boliche y sus condiciones, lo que incluye «saber de la puerta cerrada con candado, trampa mortal para las víctimas»; manejaban marca, merchandising, control de entradas y de la seguridad, por lo tanto tenían responsabilidades empresariales; se enorgullecían de la “fiesta de bengalas”; estaban a cargo de la venta de entradas, cuya cantidad superó ampliamente la capacidad del local; sabían que en ocasión anterior (25 de diciembre), mientras tocaba otra banda, se había producido un incendio menor; al menos Fontanet fue cómplice de las coimas que se pagaron a corruptos policías federalespara que miraran para otro lado.

A la vez, acusan al grupo de «echar la culpa a sus propias víctimas, centrando (las responsabilidades) en el uso de las bengalas que ellos mismos entraron y promovieron, en un nivel de cinismo incomparable».

Los familiares de las víctimas también cuestionan al empresario Palazzo, productor de la serie de shows que inicia Fontanet en pocos días. «Los ex Callejeros no pueden decir —esta vez— que NO conocen a Palazzo, no pueden volver a aducir que ‘fueron engañados’. Sabían, en Cromañón, y saben ahora, con quiénes, por qué y cómo se juntan», dicen.

«Exigimos que, cuando toquen, no lo hagan en nuestro nombre ni de las víctimas de la masacre. No con nuestras zapatillas, no nombrando a las víctimas que, por corruptos e irresponsables, contribuyeron a crear». «La música no mata. La corrupción sí», cierra el escrito.

 

Fuente: Clarín 

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