«El pueblo boliviano está dolido y nuestras fuerzas armadas, indignadas», afirmó el exmilitar y ministro de Defensa, Luis Fernando López, quien manifestó el «rechazo a una lógica absolutamente terrorista y sediciosa«.
Morales, que primero sugirió que en caso de regresar a Bolivia organizaría milicias armadas al estilo chavista, aclaró en una entrevista con la agencia Reuters que no tendrían armas sino «hondas, palos y otros elementos«.
«En Bolivia, si las fuerzas armadas están metiendo bala al pueblo, matando al pueblo, el pueblo tiene derecho a organizarse su seguridad», explicó y agregó que los grupos de autodefensa tienen una larga tradición en la comunidad indígena del país.
Según López, el gobierno de Morales, quien dimitió el 10 de noviembre a raíz de un golpe de Estado militar tras protestas ciudadanas, tenía el plan de «desmantelar a las fuerzas armadas y a la Policía para traer fuerzas extranjeras al país».
El ministro aseguró: «estamos preparados, entrenando y atentos, no vamos a permitir nada, no vamos a permitir que fuerzas extranjeras quieran tomar el poder en el país».
En tanto, el ministro de Justicia, Álvaro Coimbra, anunció que junto a su colega de Interior, Arturo Murillo, que van «a iniciar las acciones penales contra el señor Evo Morales» por los delitos «de sedición y terrorismo«.
Esta no es la primera vez que el gobierno de facto de Jeanine Áñez acusa al líder cocalero de esos crímenes.
La Fiscalía boliviana ya investiga a Morales por esos dos delitos, pero en un caso relacionado con una grabación en la que, según el gobierno, se le escucha pedir desde México a sus bases que impidan el ingreso de alimentos a las ciudades.
Morales se asiló primero en México después de renunciar, y desde el 12 de diciembre se instaló en Argentina como refugiado.
Fuente: Ámbito