La propuesta literaria infantil se multiplica en la 6° Feria de Editores

Más de media docena de sellos infantiles, en su mayoría de libros álbum o ilustrados, participan del encuentro que hasta el domingo se desarrolla en el espacio cultural porteño Santos 4040.



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Con la idea de que los libros sean disfrutados por niños y adultos, sin distinción, y la expectativa de que los visitantes de la Feria de Editores (FED) no son paseantes, «sino lectores curiosos y ávidos», más de media docena de sellos infantiles, en su mayoría de libros álbum o ilustrados, participan de la sexta edición del encuentro que hasta el domingo se desarrolla en el espacio cultural porteño Santos4040.
Interesada en «las temáticas universales, historias con capas y matices que terminan de completarse en el lector sin importar su edad», la editorial de libros ilustrados Niño publica mayormente «rescates de los años 40 en adelante», dice a Télam Pablo Curti.
«Nos gusta encontrar y volver a poner en las librerías títulos que más allá de los años y las modas mantienen una vigencia absoluta; es nuestra forma de decir que la literatura no es un tema de novedades, como nos quiere hacer creer el mercado.
Sólo hay buenos o malos libros», señala Curti.
Por eso en la FED presentará «Historias de tres pajaritos» y «El vendedor de animales», la cuarta y quinta entrega de una serie infantil realizada en 1945 por el diseñador italiano Bruno Munari.
El sello creado en 2014 participa por primera vez en la Feria, interesado en contactarse con «un público muy ecléctico pero unido por un interés genuino en la literatura», dice Curti.
También con libros ilustrados, «sin restricciones de género, aunque con predominio de ficción y poesía», Limonero presenta entre sus novedades «Me han dicho que la luna», una selección de canciones, poemas y refranes realizada por Conce Codina e ilustrada por Martin Jarrie.
«El libro infantil y especialmente el libro álbum es un espacio de resistencia a la conmoción negativa que atraviesa la actividad editorial y la cadena de producción y venta del libros, porque seguimos publicando una cantidad creciente de títulos y las ventas no han decrecido tanto como en otros rubros», señala Manuel Rud desde la editorial que busca ser «disfrutada por niños y adultos».
Algo similar remarca Andrea López desde Pípala, sello de la editorial Adriana Hidalgo que desde 2009 hace hincapié en los libros como objetos literarios y artísticos, cuando habla de la «impresionante vitalidad del mercado latinoamericano, que hace que desde 2009 estemos distribuyendo en Hispanoamérica un catálogo que a la fecha cuenta con 47 títulos».
Asimismo, López retoma la idea de no hacer distinciones entre los posibles lectores: «Estos ejemplares cuentan con muchas capas de sentido: desde lo visual a lo narrativo hay un gran espectro de líneas de comprensión que permiten el fortalecimiento de la lectura para niños y adultos», explica.
«Son libros a los que se vuelve para leer, mirar y releer, que convocan desde la sensibilidad, proponiendo alternativas inteligentes y divertidas vueltas de tuerca», indica, como «La esposa del conejo blanco», el diario hilarante de la esposa del conejo blanco de Alicia, escrito e ilustrado por Giles Bachelet.
«Las palabras: un libro silencioso», es una producción a medio camino entre el álbum y la novela gráfica que narra el viaje de las palabras bajo un clima opresión, de Nicolás Bianco-Levrin y Julie Rembauville; y «Dentro del bosque», un libro desplegable de Alejandra Fernández Mingorance, en el que el lector recorre con los personajes los episodios de un juego de escondidas en el bosque.
La apuesta que Pípala hace hacia un público «que en general conoce el panorama de la edición independiente y que sabe que en esta feria podrá dialogar con el editor» se refuerza desde Treintayseis, sello que por primera vez participa de la Feria con propuestas peculiares como «Diálogos de cine» de Antin-Burman, un intercambio entre cineastas de distintas generaciones.
Desde Pequeño Editor, sello que desde hace 15 años desarrolla libros para bebés y niños de hasta 12 años con la idea de que «la infancia es un disfrute y un aprendizaje compartido», se proponen «contenidos con potencial lúdico y artístico», dice Raquel Franco.
«El secreto de Borges», un relato de Matías Alinovi ilustrado por Diego Alterleib sobre un encuentro que tuvo con Jorge Luis Borges cuando tenía 9 años, es una de las novedades del sello en una feria que «pone de manifiesto este hecho socio cultural de gran relevancia que es el boom de editoriales independientes en la Argentina, el cual ha dado lugar a una enorme bibliodiversidad», asevera Franco.
Con la idea de «recuperar historias del legado universal con una mirada contemporánea y de incluir relatos que consideren a los niños sujetos intelectualmente activos, críticos y curiosos», el sello La parte maldita también dio el presente en la feria.
Libros como la lírica «Luna de Valencia», de Valeria Indij, o los lúdicos juegos de palabras que Laura di Marzo propone en «Disfraces», dan cuenta de la intención del sello por «explorar los límites entre la narrativa y la poesía y por darle un peso fundamental a la imagen», subraya Santiago Kahn.

Fuente: Télam



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