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El martes 8 de octubre a las 8:30 de la mañana, al menos cinco hombres con armas robaron el blindado de Prosegur que estacionó en la sucursal del banco Supervielle en Lomas del Mirador, ubicado en la esquina de Mosconi y Formosa de la misma localidad. Habían montado su emboscada en puntos estratégicos. Uno de ellos esperaba en la parada de colectivo de la línea 284, otro aguardaba en la puerta de un quiosco contiguo a la sede bancaria. Los demás estaban disimulados entre jubilados que ya hacían cola y aguardaban la apertura al público de la entidad.
Las cámaras registraron a los delincuentes escapando con más de tres millones de pesos en sus manos. No dispararon un solo tiro. Era una banda mixta, curiosa, iban con gorros de lana por el día frío pero también iban a cara descubierta, algunos llegaban a sus 30 años de edad, otros estaban casi en sus 50, con lentes para la vista, fumaban mientras huían con las sacas de plata. Esa plata tenía un número. Fuentes de la investigación lo confirmaron: 4,3 millones de pesos en efectivo, 30 mil dólares.
La investigación del robo a Prosegur en Lomas del Mirador quedó a cargo de la UFI Nº 5 del fiscal Marcelo Diomede. Dos sospechosos ya fueron detenidos. Anoche cayó el segundo de ellos, Marcos Jorge Sosa, de 48 años, con un domicilio registrado en San Bernardo. Sosa, casualmente, había trabajado durante cinco años para una empresa transportadora de caudales a mediados de la década pasada. Su cara se veía perfectamente en la filmación de cámara de seguridad que mostró la huida de los ladrones, llevaba un gorro de lana, la barba rala. Si hubiese usado un pasamontañas o una media de nylon o una máscara de cotillón, su historia sería totalmente distinta.
Luego de saber que había ido por varios días al interior del país en micro, lograron dar con el dato de su regreso: lo esperaron en casa de su novia en Rafael Castillo, donde lo encontraron y detuvieron. Le incautaron dólares con numeración correlativa.
Fuente: Infobae