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Según informaron fuentes de esa fuerza de seguridad federal, el procedimiento se realizó durante la madrugada de ayer en el Paraje Urquiza. Fue cuando una partida del Escuadrón 11 San Ignacio advirtió que dos camionetas circulaban por un camino secundario.

Fuentes oficiales informaron que, al notar la presencia de los gendarmes, los conductores de esos dos vehículos aceleraron e incluso embistieron las camionetas oficiales que participaban del puesto de control, tras lo cual continuaron su fuga.

Después de esa maniobra, uno de los vehículos perdió el control, a unos 100 metros del lugar del retén forzado, y se precipitó a un barranco de la zona.

Inmediatamente, cuando los uniformados registraron el rodado y comprobaron que ya se encontraba sin ocupantes, detectaron a simple vista que trasladaba un cargamento de drogas.

Al inspeccionar el sector de la caja de carga de la camioneta, el personal de la fuerza de seguridad federal constató que había 44 bultos que contenían 1130 «ladrillos» con una sustancia vegetal amarronada.

Fuente: La Nación