Guillermo Barros Schelotto mueve las piezas: Zárate de ‘9’ y Wanchope Ábila en el banco para visitar a Estudiantes

La variedad de jugadores y el peso importante de las jerarquías con las que cuenta Guillermo Barros Schelotto en su plantel, sumado a las diferentes competencias que afronta en este último semestre del 2018, le permiten al técnico de Boca trabajar y ejecutar diferentes planes en cada partido. Eso es lo que se vio durante los pocos […]



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La variedad de jugadores y el peso importante de las jerarquías con las que cuenta Guillermo Barros Schelotto en su plantel, sumado a las diferentes competencias que afronta en este último semestre del 2018, le permiten al técnico de Boca trabajar y ejecutar diferentes planes en cada partido. Eso es lo que se vio durante los pocos compromisos oficiales que disputó su equipo desde que inició la temporada, incluyendo el amistoso ante Barcelona en la ciudad catalana: cambios de esquemas (las preferencias están sobre el 4-3-3, su esquema predilecto, y el 4-2-3-1) y alternancia de jugadores en cada puesto. Este lunes, día atípico para el xeneize, mostrará otra vez algunos movimientos que sorprenden. Porque el Mellizo, para enfrentar a Estudiantes, apuesta a Mauro Zárate de N°9 y deja los goles de Ramón Ábila en el banco.

Así será. Como esos últimos 45 minutos en el Camp Nou en los que Mauro reemplazó a Wanchope para ser la única referencia de ataque. O, también, como en el partido ante Talleres, cuando Barros Schelotto decidió la titularidad de Carlos Tevez como mediapunta y, de esa manera, puso al ex hombre de Vélez como centrodelantero: empieza a ser evidente lo imprescindible que es el futbolista de 31 años para el cuerpo técnico.

Desde su debut, Mauro le ha dado a la entidad de la Ribera movimientos hábiles, rápidos y de jerarquía que se complementan bien adentro de un conjunto que siempre le gusta y prioriza la verticalidad a pura velocidad. Por eso es que llegó a Boca para imponerse sobre el pesado nombre de Carlitos, de un constante bajo rendimiento. Su estilo atrajo al Mellizo para potenciar aún más a Boca en su búsqueda por volver a ser dueño de América y conseguir el tricampeonato en la Superliga: técnica para crear espacios individualmente, precisión para ser por momentos un enganche y capacidad goleadora, tal como lo demostró la mañana ante los cordobeses, en la Bombonera, en el que gritó tras una buena maniobra individual.

La decisión no sorprende desde ese lado, sino más bien por dejar en el banco de suplentes el buen momento de Ábila. En el final del semestre pasado hizo cinco goles importantes en la Superliga para que Boca no sufriera más de la cuenta para gritar bicampeón y también había anotado dos por Copa Libertadores para conseguir la victoria ante Alianza Lima que ayudó para clasificar a octavos de final. Y en este comienzo, su rendimiento se mantuvo: uno a Alvarado por Copa Argentina y otro a Libertad de Paraguay, en el 2-0 de la ida de los octavos de final del certamen continental.

Con esta decisión, Guillermo va a la carga con su plan B. Vuelve al 4-3-3 y ubica a Nahitan Nández, algo relegado en el último tiempo, en la zona de volantes para batallar con el mediocampo del equipo de Leandro Benítez. Así, el equipo de Guillermo y Gustavo Barros Schelotto saldrá con: Esteban Andrada; Leonardo Jara, Paolo Goltz, Lisandro Magallán, Emmanuel Mas; Nández, Wilmar Barrios, Pablo Pérez; Cristian Pavón, Zárate y Edwin Cardona.

Fuente: La Nación



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