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Pero ahora algo cambió. El primero indicio de alivio de tensiones las dio el hijo del brasileño, Eduardo Bolsonaro, el jefe parlamentario del comité de Asuntos Exteriores de Brasil. «No tenemos que estar apasionadamente enamorados para hacer negocios. Tenemos que actuar pragmáticamente”, había advertido.
El segundo paso que reveló una distensión fue la marcha de atrás de Bolsonaro en su decisión de no enviar a altos funcionarios de su gobierno a la asunción de Alberto. El militar retirado finalmente mandó a su vice Hamilton Mourão, otro ex jerarca del Ejército del país vecino.
Bolsonaro recibió un informe sobre la presencia en Buenos Aires de su vicepresidente Mourao, quien conversó protocolarmente con Fernández y el futuro embajador en Brasilia, Daniel Scioli. Luego, salió a destacar el comercio entre ambos países y recalcó que Fernández «ahora habla de un modo diferente» frente al Acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.
Bolsonaro dijo a los periodistas que fue «excelente» la mención que Fernández hizo de su alianza con Brasil, más allá de las diferencias entre gobernantes durante su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa. «Vamos a seguir siendo grandes socios en América del Sur», agregó el ex capitán del Ejército.
Las declaraciones de Bolsonaro fueron tomadas como un cese de la tensión discursiva que había ganado fuerza durante la campaña electoral, cuando Alberto expresó el deseo de liberación del ex presidente y líder opositor Luiz Inácio Lula da Silva.
Fuente: Ámbito