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MOSCÚ, Rusia.- Primero Bélgica luego de 32 años . Ahora es Inglaterra la que ocupa su casillero en las semifinales luego de 28 años de ausencia. Es otra muestra de que Rusia 2018 les guiña el ojo a los que se prepararon de verdad para jugar y competir con ambiciones. Inglaterra es otro de los trenes difíciles de alcanzar en este campeonato. La comparación también sirve para señalarlo como otro de los equipos que tiene un camino trazado y que sabe de donde viene y para donde quiere ir. Ganar o perder serán las circunstancias del juego, pero Inglaterra es otro equipo que pone sobre la mesa el verdadero significado de lo que es un proyecto. ¿De qué se trata un proyecto? De intentar ser mejor de lo que se era. Los ingleses ya superaron largamente ese objetivo que no se actualizaba desde 1990 .
Inglaterra llegó con su plan de reestructuración de su fútbol al que presuntamente se lo notó siempre afectado por la cantidad de futbolistas extranjeros que militan en la Premier League. El 64 por ciento de los futbolistas de la Premier son extranjeros, la tasa más alta de todas las ligas europeas. A su vez, 164 futbolistas de Rusia 2018 juegan para equipos de la Premier lo que equivale al 15,3 por ciento de los nombres que pisaron este Mundial. En ese contexto, Gareth Southgate puso en este campeonato al único plantel que no tiene futbolistas fuera de la liga de su país. No hay contradicción: Southgate trabaja con una materia prima elaborada durante años para arribar a este momento.
La mirada del técnico inglés va más allá del fútbol y de una línea de trabajo construída desde las bases. En febrero pasado hizo un viaje a Estados Unidos para capacitarse y nutrirse de experiencias de otros deportes. Fue a ver el SuperBowl entre New England Patriots y Philadelphia Eagles porque le interesó apreciar en el lugar cómo trabajaban los equipos en jugadas preparadas. También quiso observar cómo se daba la relación con los medios dentro de la NFL ,para aprender como manejarse con la prensa inglesa que suele ser directa y agresiva. La intención era desarmar con buenos modales el clima bélico que existe en ocasiones entre esos bandos.
La gira de Southgate siguió con un partido de la NBA en Minnesota ( sede del Superbowl) entre los Timberwolves y los Pelicans. Quiería entender, también en vivo, como los jugadores generan espacios bajo el tablero y cómo lo hacen cuando tienen marcas asfixiantes. Soutghate tomó nota de los movimientos de distracción, el «pick and roll» y otras acciones de desmarque del básquet para mejorar a Inglaterra en la pelota parada y especialmente en los tiros de esquina. Otra vez ese recurso fue clave para abrir el partido de cuartos de final contra Suecia. Los ingleses ya llevan siete goles con jugadas preparadas en lo que va del Mundial. A eso le agregan un control de la pelota que no desprecian como si se veía en generaciones anteriores.
El pase de Inglaterra a semifinales, por supuesto, también se explica por las grandes intervenciones del arquero Jordan Pickford. Las situaciones de un partido no pueden ser determinadas en el laboratorio de ningún técnico del mundo. Pero dentro de lo que puede controlar y diseñar, Gareth Southgate cambió el enfoque de preparación de sus jugadores y los alimentó con otra sabiduría. No se trata de ninguna palabra santa ni de ningún texto sagrado. Es tener la convicción de que ciertas prácticas pueden contribuír a construir un proyecto. Inglaterra ya lo logró. Ya es mejor de lo que venía siendo en los últimos 28 años.
Fuente: La Nación