El mandatario, tras coquetear con viajar a Jerusalén para el evento, finalmente decidió la semana pasada enviar a su hija Ivanka junto al marido y asesor presidencial Jared Kushner.
La delegación estadounidense estará dirigida por el subsecretario de Estado, John Sullivan, y contará también con la asistencia del secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, informó la Casa Blanca en un comunicado.
La representación la completarán el embajador estadounidense en Israel, David Friedman y el asesor presidencial para asuntos internacionales, Jason Greenblatt.
El acto de inauguración será algo simbólico, ya que en realidad no se trata de un nuevo edificio sino que la embajada comenzará a funcionar en una sede consular ubicada en el barrio de Arnona, en la «línea verde» entre Jerusalén occidental y oriental.
Según el Departamento de Estado, allí se establecerán las oficinas del embajador y una pequeña nómina de trabajadores, pero todavía no está decidido si se quedarán en ese edificio a largo plazo.
Estados Unidos tiene, además, un edificio en el centro de la ciudad en el que funciona el consulado general y mantendrá abierta la sede diplomática de Tel Aviv para que los israelíes puedan realizar trámites de visado en la que, para la comunidad internacional, es la capital de Israel.
Para poder usar el consulado como embajada, los estadounidenses debieron iniciar una serie de obras, como la construcción de una vía de evacuación, y tienen previsto levantarun muro de tres metros de altura en lugar de la valla de metal que rodea el edificio, informaron medios israelíes.