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Poco después de las 22 horas de este jueves, uno de los custodios de Cristina Fernández de Kirchner, identificado como Christian Ramón Zabala, fue encontrado muerto en su casa ubicada en la localidad bonaerense de Castelar. Quien halló el cuerpo sin vida fue el cuñado de la víctima, llamado Nicolás, por lo cual procedió a dar aviso inmediatamente al número de emergencias 911.
El custodio de la vicepresidenta presentaba, según el parte oficial, «antecedentes psiquiátricos en tratamiento» y «había puesto en manifiesto su intención de suicidarse en reiteradas ocasiones». Dicha persona, de 41 años, era un subcomisario de la Policía Federal Argentina especializado en explosivos.
Según contó Nicolás, su hermana y pareja de Zabala fue quien le pidió ayuda para contactar al efectivo de seguridad ya que no podía comunicarse con él. Fue entonces que el testigo llegó al domicilio de la calle Zapiola al 1876, en el partido de Morón, y encontró el cuerpo del hombre, no sin antes comprobar que la puerta estaba cerrada desde el interior.
Personal del SAME que acudió al lugar descubrió debajo del cuerpo, un «arma reglamentaria 9 milímetros y una vaina servida». De este modo, la principal hipótesis de los investigadores en este momento es el suicidio. En ese sentido, de acuerdo a lo trascendido por fuentes cercanas a los organismos de seguridad, el custodio atravesaba una fuerte depresión por la muerte de su hija de 12 años ocurrida hace un año.
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