En su primer día, el plan Caputo hizo bajar el dólar y alivió la presión cambiaria

El peso se recuperó ayer frente al dólar apoyado en las medidas que lanzó el Gobierno para evitar que siga devaluándose tras una semana nefasta en la que había perdido más de 11% en esa relación sin siquiera insinuar la posibilidad de hallar un piso. Lo hizo en una jornada que cerró -incluso- con una señal auspiciosa surgida de la primera […]



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El peso se recuperó ayer frente al dólar apoyado en las medidas que lanzó el Gobierno para evitar que siga devaluándose tras una semana nefasta en la que había perdido más de 11% en esa relación sin siquiera insinuar la posibilidad de hallar un piso.

Lo hizo en una jornada que cerró -incluso- con una señal auspiciosa surgida de la primera subasta de dólares para asegurar liquidez en divisas a los bancos: lo demandaron menos de lo previsto y se lo compraron al Banco Central (BCRA) a un precio promedio de $ 27,4036, que resultó 0,3% inferior al que había marcado en el cierre de la rueda el billete, lo que indica que algunos comienzan a creer que podría retroceder algo más o tender a estabilizarse desde hoy.

El rebote de la vapuleada moneda local, a juicio de analistas y operadores, fue posible al quedar en claro que la nueva conducción del BCRA-encabezada ahora por el exministro de Finanzas Luis Caputo- logró espacio en los intersticios de las restricciones que trajo consigo el acuerdo con el FMI para arribar a pactos con operadores de mercado que le permitan mantener una oferta constante de dólares, mientras -en paralelo- comienza a operar para reducir su demanda potencial al acelerar la absorción de pesos.

La ingeniería financiera con que se pretende poner fin a una corrida, en su primer día de aplicación, dejó una baja de 44 centavos promedio (de $28,85 a 28,41) en el precio de venta del dólar al público, que no reflejó adecuadamente el desplome de 77 centavos que tuvo la cotización mayorista, que pasó de $ 28,35 a 27,58 (baja de 2,7%).

Todo tras una rueda de negocios volátil y con bajo volumen (US$489,5 millones) en un mercado que comenzaba a digerir las medidas que tomaron difusión en la noche del domingo pero oficialmente fueron confirmadas en la mañana de ayer, y en la que hubo masivos reordenamientos de carteras, algunos derivados de las nuevas normas pero otros para sacar provecho o cubrirse frente al nuevo panorama de mercados que se abrió.

Para los analistas la señal más tranquilizadora en lo cambiario la trajo la novedosa subasta para asegurarle liquidez en dólares al sistema.

La duda es si la señal de distensión de ayer puede ser una nueva ilusión óptica o no. «Creo que, en estas condiciones, el dólar se tiene que amesetar. No creo que baje mucho ni que la idea sea bajarlo mucho, pero -siempre que no vuele el mundo por el aire- parece todo dado para que se tranquilice básicamente porque las medidas tienen por objetivo secar la plaza de pesos», juzgó el economista y director de la consultora EconViews Miguel Zielonka. «Lo que pudimos ver por fin es un mercado cambiario más acomodado y no es poco, dado que es el prerrequisito para que luego se estabilice el resto», valoró Leonardo Chialva, de Delphos Investment.

En paralelo a la señal de mayor tranquilidad cambiaria se desató un vendaval de arbitrajes que tuvo por eje las Letras del Banco Central (Lebac), pero también impactó fuerte en la cotización de acciones y bonos (ver aparte) y en el resto de las tasas (llegaron al 64% las del call money).

Es que los bancos salieron a vender masivamente las letras (son dueños de casi la mitad del stock) para suscribir los nuevos bonos por hasta el equivalente a US$4000 millones que ofrecía el Gobierno tanto duales como en pesos y a vencer en 1 y 2 años, respectivamente. Esto llevó la tasa de la Lebac a vencer hoy a quedar en el 75% anual y dejó en el 51% a la que caduca en un mes.»Esto no indica que el BCRA esté dispuesto a validar hoy este nivel de tasas, sino que revela la dimensión que alcanzó la liquidación de los bancos», advirtió Sosa.

Ocurre que el bono dual (liquidable en dólares o pesos) les resultaba atractivo como cobertura cambiaria ahora que les volvieron a achicar la posición de cambios y el bono en pesos tenía un sex appeal especial, ya que se lo habilitó para integrar la posición de encajes, una obligación que habitualmente no es remunerada y que les subirá 5 puntos en los próximos días (impidiéndoles disponer de unos $100.000 millones), lo que los impulsó a tratar de constituirlas con estos instrumentos.

Este combo de incentivos ayudó a que la demanda por los bonos supere 25% la oferta y ayudó a Finanzas a colocar el bono más corto a una tasa del 2,4% nominal mensual (32, 92% efectiva anual) y al «largo» al 26% anual (27,69% efectiva), a la vez que le da la posibilidad al BCRA de comenzar desde hoy, otro «supermartes», a desarmar la «bomba» de las Lebac, que venía de ser potenciada por las tasas del 40% anual que validó en la última subasta Federico Sturzenegger.

 

Fuente: La Nación 

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