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«Convoco a cada uno de los congresistas a ayudarme en la misión de restaurar y volver a erguir a nuestra patria, liberándola definitivamente del yugo de la corrupción, la criminalidad, la irresponsabilidad económica y la sumisión ideológica», proclamó el ex militar, de 63 años, convertido en el 38º presidente de la mayor potencia latinoamericana.
En otro de los pasajes de su discurso, el presidente expresó: «Vamos a unir al pueblo, a valorar la familia, respetar las religiones y nuestras tradiciones judeo-cristianas, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores».
«Brasil volverá a ser un país libre de amarras ideológicas», añadió.
Igualmente, prometió que durante su mandato atenderá a los brasileños que «desean conquistar por mérito buenos empleos y sustentar sus familias» y «exigen» salud, infraestructuras y «respeto de los derechos fundamentales».
«Orden y progreso (…) ninguna sociedad se desarrolla sin respetar esos preceptos», expresó Bolsonaro, en alusión al lema que reza en la bandera de Brasil.
También afirmó que honrarán en su Gobierno a «aquellos que sacrifican sus vidas en nombre de la seguridad», en referencia a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. «Ellos se lo merecen y deben ser respetados», añadió.
Por último y antes de dirigirse al Palacio del Planalto, el mandatario cerró con su ya conocida frase: «Brasil encima de todo y Dios encima de todos».
A la ceremonia, celebrada en el hemiciclo del Senado, asistieron los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Chile, Sebastián Piñera; Honduras, Juan Orlando Hernández; Paraguay, Mario Abdo Benítez, y Uruguay, Tabaré Vázquez.
Asimismo, estuvieron presentes los primeros ministros de Israel, Benjamín Netanyahu; Hungría, Viktor Orbán; y Marruecos, Saadedine Othmani; así como los presidentes de Portugal, Marcelo Rebelo de Souza; y Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca, entre otras autoridades.
Fuente:Infobae