En la era de la polarización, Cristina Kirchner y Mauricio Macri serán otra vez los protagonistas

Gran parte de la política argentina busca ser alternativa a dos visiones pero va a contramano de lo que impone Occidente. El caso Bolsonaro es la regla, no la excepción.



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Occidente está polarizado. No es un problema excluyente de la Argentina. Votos anti, no a favor. River-Boca. Se suman outsiders de la política o xenófobos declarados que no tienen problema en decir atrocidades para encender la ira de ciudadanos frustrados, que creen que todo es igual y están cansados de la corrupción política. Sociedades enfrentadas donde no hay escapatoria. Como en una eterna discusión dentro de las redes sociales, se está un lado o del otro. El resto, lo mira desde la platea.

El reciente caso de Jair Bolsonaro, el de Donald Trump en Estados Unidos, Nicolás Maduro en Venezuela y, más lejano en el mapa, el Brexit dan cuenta de una era donde los mensajes más duros y radicalizados tienen la rapidez necesaria para llegar sin mayor análisis a millones de usuarios que suelen ver personajes pintorescos y no dan cuenta de los riesgos y las consecuencias que traen aparejados. Quizás por eso el fin de semana algunos políticos con más carrera que votos en en país salieron desesperados en los medios a despotricar contra los extranjeros sin tener datos en que apoyen sus afirmaciones.

A un año de la elección presidencial, todo indica que la polarización se volverá a repetir, como en 2015. Parece no haber lugar para otro tipo de política. Se está de un lado o del otro. Y cuanto mas alejado se esté del centro, mejor. En ese sentido, todo indica que Cambiemos y el kirchnerismo tendrán el lugar preponderante.

Mauricio Macri y su equipo miran cifras constantemente y suelen tomar decisiones en base a los impulsos de los encuestados. Su principal consultor, Jaime Durán Barba llegó a decir que Fernando Esteche era del «círculo íntimo» de la expresidenta y hasta escribió, en 2017, en Perfil: «En octubre se decide también si queremos que gobiernen personas violentas que fomentan el odio, matan a sus adversarios y proyectan en los demás sus complejos y sueños destructivos o gente menos delirante, que desea simplemente construir un país en que la gente pueda ser más feliz».

Del otro lado la posición política es «cuanto peor, mejor». Cristina y el kirchnerismo consideran que toda citación a Comodoro Py es parte del engranaje de persecución judicial. «Si no hay tanques, hay Poder Judicial», repiten para comparar la situación con la última dictadura militar.

¿Qué lugar le queda al resto de los políticos? Podrán analizar lo que pasa y tendrán mayor o menor protagonismo de acuerdo a la agenda semanal. Pero la final será polarizada. Trump o Hillary. Bolsonaro o Lula (Haddad). Macri o Cristina.

Fuente:Perfilmacri-bolsonaro-cfk-10292018-377609



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