Emmanuel Macron se reunirá con Donald Trump

Irán estará en el corazón de las negociaciones entre ambos. El francés buscará persuadir a su anfitrión de la necesidad de no reabrir el acuerdo.



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A pesar de su diferencia de estilos, el presidente Emmanuel Macron y su par Donald Trump se han hecho amigos y cómplices. Un vínculo que el jefe de estado francés podrá demostrar en su primera visita de Estado a Estados Unidos, que inicia este lunes en Washington. La primera, organizada por su par americano desde que llegó a la gestión.

Es un misterio cómo un presidente que prefiere el Twitter al lenguaje diplomático y un jefe de estado con uno de los lenguajes más sofisticados de Europa se entienden. Pero probablemente los una el mismo deseo de combatir “el viejo orden”, que buscan reformar cada uno a su manera.

Macron tendrá enfrente un denso trabajo de seducción. El quiere salvar el acuerdo nuclear con Irán, cuando Trump se ha aliado con Arabia Saudita e Israel para enterrarlo. El presidente francés dijo la semana pasada que fue él quien convenció al presidente norteamericano de permanecer con las tropas americanas en Siria. Pero la Casa Blanca lo desmintió.

El Palacio del Eliseo está haciendo una gran comunicación sobre el propósito de este ballet de estado. Ellos buscan “no ignorar sus diferencias” pero “construir una buena relación diplomática sobre ellas”.

“La ambición de esta visita no es lograr acuerdos. Se trata de nutrir una dinámica. Este viaje tiene una función simbólica. Si se puede demostrar que la relación franco americana es muy fuerte, ya es inestimable”, explicó un funcionario francés , en lenguaje macroniano.

Trump distinguió a Macron con su primer visita de estado, luego que se estableciera una relación de fuerza en el “darse la mano” el 25 de mayo del 2017, en la Cumbre del la OTAN. Por esos días, Trump incomodaba a sus interlocutores con su estrafalario saludo. Macron resistió “la pinza manual” de Trump con una sonrisa forzada pero para mostrarle su diferencia. Para un narcisista como Trump, un desafío a su poder y un deseo de no darle la razón sin una buena discusión.

Macron volvió a tomar la iniciativa cuando lo invitó al presidente norteamericano y a Melania, la primera dama, al desfile militar del 14 de julio en los Campos Eliseos. Trump miraba fascinado, admirado del espectacular escenario. París en todo su esplendor y fuerza. Allí nació otra idea: organizar en Washington una parada militar anual similar. Antes, una comida a solas las cuatro parejas presidenciales en el restaurante de la Torre Eiffel, el sueño de un norteamericano en París, con un menú del chef Alain Ducasse.

Desde entonces una “relación especial”, que da envidia a los británicos, comenzó a establecerse entre Trump y Macron. Los dos presidentes hablan por teléfono con regularidad, rodeados por sus consejeros, al menos dos o tres veces por mes. Antes de comenzar una conversación formal se intercambian datos de la familia y personales. Trump se autoelogia y habla del milagro de la recuperación de la economía norteamericana.

Este vínculo facilitó la organización de los bombardeos sobre Siria, después del ataque con armas químicas en Goutha. Nadie sabe aún como jugará en ese vínculo la llegada de un halcón, como el conservador John Bolton, como director del Consejo de Seguridad.

Irán estará en el corazón de las negociaciones. Macron buscará persuadir a Trump de la necesidad de no reabrir el acuerdo. Una posición que apoya Gran Bretaña, Alemania y los otros que firmaron: Rusia, China, e Irán. Trump quiere un acuerdo complementario incluyendo el programa balístico de Irán y sus actividades militares en Irak, Líbano, Yemen y Siria. Teherán lo rechaza y sostiene que Estados Unidos debe mantener los compromisos firmados.

Para Macron es un buen partido de ajedrez porque un fracaso en Irán puede debilitarlo internacionalmente.

Macron se expresará frente al congreso norteamericano, en el tercer día de su visita el miércoles. Será un mensaje de afecto al pueblo americano y para remarcar “los valores de la democracia”, en inglés.

La agenda incluye una comida en la Casa Blanca, una comida privada en Mont Vernon , en la casa de George Washington, una ceremonia militar en el el cementerio de Arlington. Macron va a tener una sesión de preguntas y respuestas en la universidad de George Washington.

Fuente: Clarín 

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