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El Vaticano pidió este miércoles «perdón por los pecados propios y ajenos» en relación a las violaciones cometidas por los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi, del Instituto Próvolo, de Mendoza, quienes fueron sentenciados a 45 y 42 años de cárcel, respectivamente.
«Es imprescindible que, como Iglesia, podamos reconocer y condenar con dolor y vergüenza las atrocidades cometidas por personas consagradas, clérigos e incluso por todos aquellos que tenían la misión de velar y cuidar a los más vulnerables. Pedimos perdón por los pecados propios y ajenos», indicó el comunicado.
En la causa, que tiene una decena de víctimas de entre 4 y 17 años, Corbacho había sido imputado por 16 hechos que incluyen «abusos sexuales agravados con y sin acceso carnal y corrupción de menores», mientras que a Corradi lo acusaron por cinco.