El sube y baja de la nafta: qué hay detrás de los últimos aumentos y qué pasará con los precios en el año

Las petroleras incrementaron sus valores por la suba internacional y en el 2019 dependerán de la inflación y el tipo de cambio.



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Cuando sube el dólar aumenta la nafta. Cuando baja el dólar aumenta la nafta», ironizaba en uno de sus monólogos Tato Bores décadas atrás. La frase podría encarnar hoy algunas de las inquietudes de varios consumidores.

El dólar, el valor del crudo a nivel internacional (Brent), el costo de los biocombustibles, la inflación y los impuestos son algunas de las respuestas para entender qué ocurre con los precios en el surtidor en el último tiempo. En diciembre pasado, el costo de las naftas bajó porque había caído el valor del petróleo Brent en un escenario de estabilidad cambiaria. Por eso, YPF -que tiene un 55% de participación en el mercado- redujo sus precios y sus competidoras acompañaron esa decisión para no perder ventas.

Esta semana los precios de los combustibles aumentaron. El primer paso lo dio Shell con una suba promedio del 2,09%. La siguió YPF con 1,6% y Axion se sumó a la tendencia con el mismo porcentaje.

La explicación que dan las compañías sobre el último aumento tiene que ver con la suba de alrededor del 12% del precio internacional del barril de crudo en enero, que hoy se ubica cerca de los US$62 y la suba en los biodiesel, un componente del gasoil que se vende al público, cuyo costo está determinado por la Secretaria de Energía. En enero pasado se dispuso un aumento del 6,5% del biodiesel, que dejó en $28,341 el valor de la tonelada del combustible.

En las petroleras comprenden que, si bien el precio de los combustibles superó el índice de inflación -aumentaron alrededor del 70% en 2018, producto de 14 subas-, eso responde a que escalaron en mayor medida sus insumos, que están en dólares, debido a la devaluación.
A su vez, hay impuestos que impactan sobre el sector: IVA, Ingresos brutos y tasas municipales. A eso se le suman los impuestos al dióxido de carbono (IDC) y sobre los combustibles líquidos (ICL), dos montos fijos que se cobran sobre las ventas. El ICL se ajusta trimestralmente por inflación y está previsto que se actualice en marzo, junio, septiembre y diciembre.

Para este año, desde el sector consideran que el precio de los combustibles «va a seguir la tendencia del dólar y la inflación». Prevén un aumento en el índice de precios de alrededor del 30%, que impactará sobre las actualizaciones de biocombustible y en el ICL. Esto representa una suba en los costos, que se trasladará a los precios.

También agregan otro factor que definirá el panorama del 2019: el consumo, que en 2018 cayó, en especial en el segmento premium. «Hoy rige un mercado de precios libres, por lo cual las petroleras pueden mover los precios sin intervención del Estado. Entonces, además de las variables que operan del lado de la oferta, hay que tener en cuenta qué pasa del lado de la demanda», resumieron fuentes del sector.

Fuente:

La Nación

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