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LONDRES – El día transcurre en calma en la sala de prensa del All England hasta que varios teléfonos empiezan a sonar a a la vez con una misma confirmación: Andy Murray no jugará en Wimbledon . Después de los ringtones, una combinación de onomatopeyas, especialmente de los periodistas locales, que denotaban frustración y decepción se convirtieron en el sonido ambiente.
El escocés anunció mediante su cuenta de Facebook su retiro del cuadro principal a horas del comienzo del torneo e inmediatamente un mail de la organización del campeonato confirmó su baja. «Con el corazón en pena debo anunciar que me retiraré de Wimbledon este año», escribió en su muro.
Murray, hoy 156º del ranking, sufrió una lesión en la cadera que hace un año lo obligó a ausentarse del circuito tras su caída en los cuartos de final en el court central del All England frente a Sam Querrey. En enero de este año decidió someterse a una operación y regresó a la actividad el último 19 de junio en Queen’s, instancia en la que cayó en tres sets frente a Nick Kyrgios. Una semana después, venció a Stan Wawrinka en el torneo de Eastbourne antes de caer en octavos frente a su compatriota Kyle Edmund.
La duda en torno a su presencia fue una constante en Wimbledon durante los últimos días, aún cuando el propio Murray había confirmado, no sin recaudos, su presencia en el certamen. «Sí, voy a jugar Wimbledon, a no ser que en los dos próximos días me levante y no me sienta bien. Todo esto forma parte de un proceso y hay que estudiar la situación día a día, no podés adelantarte. Estoy entrenando a un alto nivel, con mucha intensidad diaria con los mejores jugadores del circuito. Esto ya es algo realmente positivo para mí y me sirve para mejorar, me sirve para verme competir nuevamente», había reflexionado en la conferencia de prensa del sábado.
Pero las sensaciones cambiaron en Murray y su equipo de trabajo: «He hecho progresos significativos en las prácticas y en los partidos en los últimos diez días, pero después de largas discusiones con mi equipo, hemos decidido que jugar al mejor de cinco sets podría ser demasiado pronto en el proceso de recuperación», reconoció.
Las señales eran múltiples. En los entrenamientos previos se había mostrado lejos de su mejor nivel y un periodista se lo marcó en la conferencia de prensa: «Bueno, me gustaría estar jugando mejor», respondió. «No he estado practicando tanto tiempo. Por supuesto, notas cosas que tal vez no son como hace un año. Pero en térmitos de estar allí, pude estar allí. Estaba haciendo todo lo posible en la prácica, aunque quizás no jugué tan bien como me hubiera gustado».
El taiwanés Jason Jung, 154º del Mundo, es el lucky loser que ocupará su lugar en el cuadro y se enfrentará en la primera ronda al francés Benoit Paire.
La baja de Murray, campeón en 2013 y 2016 en All England, es una buena noticia para Juan Martín del Potro, quien podría habérselo cruzado en la tercera ronda, aunque las chances del británico eran realmente pocas. «No tengo idea, ¿cómo puedo saber cómo me voy a sentir si, por ejemplo, juego cuatro horas en el primer partido? No esperaría jugar peor tenis que el que vine jugando, esperaría que mejorara con respecto a Queen’s y Eastbourne. Pero en términos de cómo me iría, cómo lo haría en el torneo en cuanto a los resultados, no tengo ni idea», había analizado el sábado.
La respuesta será una incógnita. En Wimbledon ya se lamentan: este año extrañarán a su niño mimado.