El MIT y Google trabajan juntos para diseñar la tipografía del futuro

Fundaron el consorcio Clear-IP, cuya misión es investigar las tipografías y otros factores de diseño para adaptarlos a las nuevas formas de lectura en pantallas digitales.



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El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Google y la compañía Monotype fundaron el consorcio Clear-IP, cuya misión es investigar las tipografías y otros factores de diseño para adaptarlos a las nuevas formas de lectura en pantallas digitales y así lograr que las personas consigan una mejor comprensión y retención de la información en un simple «vistazo». «El texto es el principal componente de casi todo lo que hacemos con los dispositivos digitales. Lo que la mayoría de las personas no se da cuenta es de que no todas las fuentes son igualmente legibles», explicó a Télam Jonathan Dobres, investigador principal de Clear-iP y del MIT.

El proyecto que está desarrollando el MIT desde hace un año se originó porque sus investigadores observaron que la mayoría de los estudios que existen sobre la legibilidad de los textos y el diseño de la información están enfocados en la lectura impresa y no en la que las personas ven en sus dispositivos digitales. Por eso, el laboratorio AgeLab -http://agelab.mit.edu/clear, que pertenece al MIT- está llevando a cabo el proyecto Clear-IP, cuyo nombre completo es «Clear Information Presentation Consortium» (Consorcio para la Presentación de Información Clara), en el cual también trabajan hasta el momento Monotype, Google y una empresa automotriz.

Esta situación cobra especial importancia en la actualidad, donde la forma en que se consume información está cambiando rápidamente: «La lectura en breves ráfagas de atención es cada vez más frecuente en smartphones, smartwaches (relojes inteligentes), tableros de autos y digitales, anuncios publicitarios, etiquetado de productos y embalaje, tablets y otras pantallas que se miran cientos de veces por día», sostuvo en diálogo con Télam Andy Rodger, del equipo de comunicación corporativa de Monotype. Por lo que ahora, y más que nunca, «a la información la captamos con un simple vistazo y en una gran variedad de dispositivos digitales», subrayó Dobres.

De esta manera, tipógrafos, diseñadores y desarrolladores están comenzando a abordar los desafíos tecnológicos y las implicaciones de un estilo de vida más acelerado, que fundamentalmente alteró la forma en que percibimos y procesamos la información. «Todavía no existen muchos estudios que examinen cómo leemos en un simple vistazo en pantallas digitales dinámicas y a veces impredecibles. Por eso, nuestro objetivo es investigar estos ‘nuevos’ tipos de lectura y ayudar a los diseñadores a navegar por las ventajas y los potenciales obstáculos de estos desafíos de diseño», resumió el investigador del MIT.

En particular, Dobres explicó que las «sutiles opciones de diseño, como qué tan ‘abiertas’ son las letras (como el espacio dentro de ‘e’ o ‘a’), qué tan grandes son las minúsculas en relación con las mayúsculas, y cuán variadas son las curvas de las letras en general, pueden afectar drásticamente la legibilidad». Además, indicó que no es cierta la creencia de que uno puede leer igual cualquier fuente: «Te puede llevar más tiempo ‘decodificar’ una fuente menos legible, lo que implica que vas a tardar un poco más en leer», agregó. Entre los avances de la investigación, Dobres destacó que detectaron que cambiar el tamaño de una tipografía solo en unos píxeles puede generar grandes diferencias en el tiempo que se tarda en leer las palabras.

«En todo caso, queremos desarrollar una investigación científica para ayudar a los diseñadores a entender las compensaciones de hacer un texto más pequeño, o brillante, o cambiar su estilo o espacio. Clear-IP intenta llevar un poco de ciencia a las artes», destacó el investigador del MIT.

Fuente. Télam

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