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Una tijera olvidada en la casa de Anahí Benítez (16) en febrero podría ser la pieza clave que complique definitivamente la suerte de Marcos Bazán (36), principal sospechoso por el crimen de la adolescente. El dato lo reveló el mejor amigo de la víctima, quien declaró como testigo antes las fiscales del caso y reconoció que el objeto encontrado en la casa del detenido es el que él había olvidado en la casa de la chica a principios de año.
El testigo, de 16 años, ya había declarado ante las fiscales Verónica Pérez y Fabiola Juanatey, que investigan el crimen, y fue convocado para ampliar su testimonial, específicamente apuntada al origen de esa tijera, hallada en la casa de Bazán el día de su detención, dentro del predio Santa Catalina, a 300 metros del lugar donde se encontró el cadáver de Anahí.
Según contó el chico, la tijera tiene escrito su nombre. Para demostrar que el útil escolar era suyo presentó capturas de pantalla de Whatsapp donde se podía ver que Anahí le recordaba con un mensaje y una foto el olvido de la tijera y de un peine.
En su primera indagatoria Bazán dijo que esa tijera la había encontrado en una caja de objetos perdidos en un colegio de Lanús donde trabajaba en esa época (al momento de ser detenido era empleado de seguridad en el Hospital Gandulfo).
El lunes 28, las fiscales le tomarán una ampliación de la indagatoria para preguntarle más sobre esta cuestión y sobre otros objetos secuestrados durante el segundo allanamiento de su casa, realizado el martes 22 (además el detenido declarará en condición de víctima tras la denuncia que hizo sobre apremios ilegales). En ese último operativo, se incautaron 13 proyectiles antidisturbios, ceniza de ropa quemada, dos plantines de marihuana y hongos silvestres.
La primera vez que Bazán declaró ante Pérez y Juanatey contó que fumaba cinco cigarrillos de cannabis por día y que cultivaba hongos en el galpón donde los perros de la Policía hallaron rastros de olor de Anahí. Esa información aportada por los animales, más la declaración del mejor amigo de la víctima y otras «cartas» que las fiscales mantienen en reserva, contaron fuentes judiciales a Infobae, resultan un aprieto para la situación del detenido. «Hay otras declaraciones que pueden complicarlo más», adelantó alguien con acceso a la causa.
«Bazán no va a callarse, va a declarar. Se mantiene firme y va a solicitar que se libre oficio al colegio para que verifiquen que él prestó servicios en el colegio y que el objeto estaba perdido allí», remarcó a Infobae el abogado defensor de Bazán, Lucio De la Rosa. Sin embargo, el testigo que dice ser dueño de la tijera iba al colegio con Anahí, ubicado en la localidad de Banfield.
Las fiscales confían en el olfato de los perros. «Anahí estuvo ahí», aseguran. La coartada que manifestó varias veces el abogado del sospechoso es que la casa de Bazán no tiene rejas ni alambrados que impidan el ingreso de cualquier persona y que alguien pudo tener cautiva a la adolescente allí.
En tanto, el lunes las fiscales tendrían en sus escritorios los resultados de las pericias que la Policía de la Ciudad de Buenos Aires hizo sobre el teléfono celular que perteneció a Anahí y que, tras el crimen, estaba en manos del otro detenido,Marcelo Villalba (40).
Días atrás peritos y agentes de Policía y Gendarmería volvieron al terreno baldío donde se encontró la funda del teléfono. Buscaban nuevos objetos y rastros de olor de Anahí allí, pero los resultados fueron negativos. Villalba declaró ante las fiscales el jueves y negó conocer a la chica. Aseguró que el aparato lo encontró «un día nublado, hace cuatro semanas» tirado en la vereda, que le sacó el chip, lo desbloqueó, le puso un chip nuevo y se lo regaló a su hijo.
Fuente: Infobae
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