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«Quedó demostrado que en Europa ha crecido el riesgo de terrorismo debido a la inmigración masiva, por lo que es necesario un control severo en las fronteras para asegurar la seguridad de los húngaros», explicó el vocero del gobierno húngaro, Zoltán Kovács, en un comunicado, citado por la agencia de noticias EFE.

El llamado estado de crisis por inmigración masiva fue introducido hace dos años, en el peor momento de la peor crisis migratoria que afectó al Viejo Continente desde la Segunda Guerra Mundial. Hungría se convirtió en la escala más violenta y más insegura para los refugiados de ese largo peregrinaje que hicieron cientos de miles de personas entre Turquía y los países del norte de Europa.

Hungría impuso formalmente el estado de crisis en 2015 y ahora fue prolongado hasta el 7 de marzo de 2018, cuando podría ser extendido por un nuevo período de seis meses y así sucesivamente, sin límite máximo.