El formato ‘low cost’ que gana un 300% más que los supermercados tradicionales

Las ventas de los mayoristas crecieron en 2017 un 26%. La mitad de sus compradores son consumidores particulares. La clave es que, gracias a sus estructuras de costos austeras, logran precios sumamente competitivos respecto al canal tradicional



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En Europa irrumpieron con fuerza en los años 2000 los formatos denominados “Triple Low” que en su traducción expresan la clave que los mayoristas representan: bajos costos y baja inversión para lograr bajos precios.

Andrés Riveros, socio de Organización Tizeros (estudio que gerencia una cartera de diversos retailers), afirma que “la clave es su estructura de gastos sumamente austeros que les permite a estos formatos tener precios sumamente competitivos.

“Si hacemos el ejercicio de armar Estados de Resultados sectoriales entre mayoristas y supermercados tradicionales; los resultados arrojan más de 20 puntos menos sobre las ventas a favor de los primeros”, sostiene este especialista en costos.

Mientras que en un supermercado tradicional los costos de personal y cargas sociales es superior al 13% sobre ventas, raramente en un mayorista supere el 7%.

La logística en la industria tradicional representa el 3% del precio, mientras que no supera el 0,3% en estos formatos. “Esto se debe a que compran bajo la modalidad de compra abierta y es el proveedor el que entrega directamente en cada boca” afirma Riveros.

Las comisiones por tarjetas bancarias también pesan menos de la mitad.  Mientras en las tiendas tradicionales llegan al 2% del precio del producto, en estos grandes almacenes no supera el dígito. Históricamente el comerciante opta como herramienta de pago por el efectivo

La eficiencia operativa y el estricto control de inventario es parte del ADN de estas tiendas por escala. Diego Cáceres, un retailer con extensa trayectoria en compañías internacionales, nacionales y regionales, elaboró para El Cronista un informe sobre el sector, en el cual se detalla: “Los procedimientos de control de mercadería, como los de dinero en cajas son monitoreados por la auditoria operativa en sede central, que controla, evalúa y corrige los desvíos que se produjeran en la sucursal. Todo esto lleva a que los desvíos de inventario no superen el 0,20% de las ventas”.

Respecto a los gastos operativos también la diferencia es enorme: 5% contra 1%. A esta línea la componen -entre otros- electricidad, mantenimiento, seguros, servicios, honorarios profesionales y gastos de empaque.

“Para vender un producto a 10 pesos, un minorista tradicional tiene cuatro pesos de costos asociados directamente a esa venta, contra dos del mayorista” compara el informe.

El 2017 en el volumen total cerró en unidades, según la canasta Nielsen, 1,5 % negativo. En facturación esto es un crecimiento del 22,5%. Porcentaje inferior al 24% que esta medición registró por inflación.

Fuente: el cronista



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