El FMI ve «difícil» bajar rápido la inflación

Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional ( FMI ), reiteró sus elogios a los progresos de la Argentina en los últimos años, y consideró que las metas originales del Gobierno eran "muy optimistas" porque bajar la inflación a niveles de un dígito lleva tiempo y "es difícil".



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«Claramente los procesos desinflacionarios de niveles de 40 por ciento a llegar a un dígito han tomado tiempo en la región. México, seis años; Colombia quizá un poco más. Tratar de llegar a un dígito en cuatros años era muy optimista. Es difícil», apuntó Werner, en un breve diálogo con periodistas argentinos al final de una conferencia de prensa para evaluar la realidad de América latina.

«Hemos visto que estos procesos de desinflación en México, en Colombia, en Chile, presentaron elementos inerciales importantes, y en ese sentido las metas originales que había planteado el Gobierno eran ambiciosas. Lo importante es que la tendencia y la dirección se mantenga», agregó.

Nigel Chalk, uno de los economistas del organismo que sigue al país, dijo que la Argentina había hecho «tremendos progresos» para reparar las distorsiones de la economía y restaurar la «integridad y la transparencia» en las políticas públicas. Elogió el gradualismo: dijo que tenía «fortalezas». Pero cuando se le insistió si creía que el ritmo del ajuste tenía suficiente respaldo político, reconoció: «Es algo difícil de soportar».

Chalk, igual, se enfocó en la mirada más larga: «La economía está creciendo bien, los niveles de vida están aumentando, hay un camino hacia una inflación de un dígito, hay un camino hacia la sostenibilidad fiscal, y eso es algo fundamental», resumió.

El Fondo y el Gobierno han restablecido su vínculo, pero aún perdura un punto de discordia del pasado: la brecha entre las proyecciones del organismo y las oficiales respecto de la economía. Para este año, el Fondo prevé un crecimiento del 2%, y una inflación del 19,3 por ciento, superior a la meta oficial.

«Creo que estaremos bastante cerca de la meta. No es un pronóstico, es una meta, y tiene que ser exigente», dijo el ministro.

Werner dejó un panorama optimista para América latina. Dijo que la inversión ya dejó de ser un freno y apuntalará la expansión de la región, que se consolidará este año. Así y todo, remarcó que el gran reto es escalar un crecimiento del 3%, «poco satisfactorio», consideró, para cerrar la brecha de bienestar y eliminar la pobreza.

Fuente: La Nación 

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