El chacal santiagueño: violó por 20 años a su hija y tuvo 8 hijos con ella

Domingo Bulacio fue condenado a 12 años y 8 meses de prisión por el delito de "abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante agravado por el vínculo".



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La justicia de Santiago del Estero condenó a doce años de prisión a un hombre acusado de violar durante 22 años a su hija, a quien embarazó en ocho oportunidades.

Domingo Bulacio, conocido por sus vecinos como «Bernacho» y por sus compañeros de pabellón como “El monstruo de Villa Balnearia”, el acusado estuvo en el recinto judicial para escuchar el miércoles el fallo unánime dictado por la justicia, según consignó el sitio de noticias local El Liberal.

En la sentencia, el tribunal rechazó el requerimiento de prescripción de la acción penal, formulado por el defensor Osvaldo Díaz, desde el vencimiento de un plazo legal.

Durante el desarrollo del juicio, los psicólogos coincidieron en destacar el desastre al que el acusado arrastró a su hija y a los niños: los sometió al analfabetismo, la desnutrición, el incesto, la precariedad y la sumisión absoluta.

Recién cuando la víctima sospechó que su padre también había abusado de uno de sus hijos, producto de las violaciones, fue que se animó a contar los hechos y lo hizo ante un grupo de médicos comunitarios de Las Termas de Río Hondo, en abril de 2014.

Al enterarse de que fue denunciado, Bulacio huyó y se mantuvo 45 días prófugo, escondido en la casa de unos familiares a 58 kilómetros al sur de la capital de la provincia. Mientras tanto, la investigación avanzaba y ya habían determinado a través de los estudios de ADN la paternidad de los ocho hijos de la víctima.

El hombre fue detenido hace dos años y está preso desde entonces. Durante el proceso legal se negó a declarar, pero sí se escucharon los testimonios de más de 50 testigos que no dejaron lugar para las dudas. Fue encontrado culpable del delito de «abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante agravado por el vínculo”.

La madre y los chicos viven actualmente en un rancho, en condiciones de extrema pobreza y a su vez deben soportar los ataques de la familia del condenado, que vive a pocos metros de distancia.

Fuente: Perfil

Foto: CEDOC PERFIL



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