La entidad que preside Federico Sturzenegger salió a marcar la cancha desde la primera hora de negociaciones cambiarias, al igual que había hecho durante los primeros días de la semana pasada. El lunes 14, el BCRA convalidó un tipo de cambio mayorista no mayor a 25 pesos, como paso previo a la renovación de Lebacs del martes pasado por $ 617.000 millones. El miércoles, cuando el Gobierno dio la crisis cambiaria por superada, la suculenta oferta de divisas ya no estuvo en las pantallas de los operadores y el tipo de cambio flotó sin intervención oficial.
En los primeros minutos de negociaciones, el dólar mayorista rondaba los $ 24,40 y el tipo de cambio minorista se vendía a $ 24,90 en el Banco Nación, mismo valor que el del viernes.
El Banco Central reaccionó ante la persistente depreciación de las monedas emergentes contra la moneda estadounidense. El viernes, el real brasileño continuó devaluándose y llegó a los 3,74 por dólar. Desde abril, la moneda brasileña cayó 12 por ciento. El Banco Central de ese país afirmó que ampliará su intervención para reducir la volatilidad cambiaria, con la oferta de contratos de dólar futuro.
El lunes, la autoridad monetaria le puso techo al dólar, luego de que subiera más de 20 por ciento en las semanas previas. Convalidó un nuevo nivel de tipo de cambio y negoció con los bancos la renovación del stock de Lebac, las letras en pesos que el BCRA emite para absorber la emisión monetaria. Para que el negocio sea rentable, el tipo de cambio mayorista no debe llegar a los 26 pesos dentro de un mes.
El presidente Mauricio Macri dijo el miércoles en conferencia de prensa que el Banco Central debía poner el foco en la baja de la inflación. Poco antes, Sturzenegger había dicho que continuaría con su política de tasas altas para contener la suba de precios.
