Débora Pérez Volpin: los ocho puntos clave por los que la familia pidió el homicidio culposo para los médicos

«No caben dudas de que Diego Ariel Bialolenkier y Nélida Ines Puente son autores del delito de homicidio culposo de Débora Pérez Volpin», asegura el escrito que la querella le presentó al juez Carlos Bruniard pidiendo el procesamiento del médico endoscopista y la anestesióloga que atendieron a la periodista el 6 de febrero. Hoy, el […]



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«No caben dudas de que Diego Ariel Bialolenkier y Nélida Ines Puente son autores del delito de homicidio culposo de Débora Pérez Volpin», asegura el escrito que la querella le presentó al juez Carlos Bruniard pidiendo el procesamiento del médico endoscopista y la anestesióloga que atendieron a la periodista el 6 de febrero. Hoy, el juez le dio la razón.

1. La perforación del esófago torácico

Débora Perez Volpin entró sana al quirófano, como indica la autopsia.

4. Puente no actuó a tiempo, ni como debía, sino todo lo contrario, empeoró el cuadro

5. La intubación, otra impericia de Puente

Según el relato de los testigos, quien termina entubando a la paciente fue otro médico que estaba en el quirófano de al lado. Lo hizo en menos de un minuto. Para la querella quedó probado que entonces la intubación no era tan dificultosa.

6. Ni Puente ni Bialolenkier pensaron en la perforación, y por lo tanto, no actuaron como era debido

«Aquellos profesionales que suscribieron el consentimiento informado junto con la paciente, en donde se indica como riesgo probable la «perforación y la hemorragia», que habían hecho endoscopías en muchísimas oportunidades, que estaban en un quirófano de una clínica de «excelencia», no supieron reconocer qué le pasaba a la Sra. Débora Pérez Volpin, y mucho menos supieron qué hacer ante la crisis en la que ellos mismos la habían colocado por su actuar negligente», dice el escrito.

7. Ambos médicos tergiversaron los hechos en sus relatos insertados en la historia clínica

Según la querella, lo primero que asienta Bialolenkier en la historia clínica es que ingresa con el endoscopio «con distensibilidad dificultosa», pero más tarde el mismo día indica que «se inicia el procedimiento (..) progresando sin dificultad». Para los abogados de la familia, la dificultad a la que refiere inicialmente en la historia clínica Bialolenkier indica que «seguramente hizo intentos más fuertes de ingresar y fue allí que perforó de manera contusa».

En cuanto a Puente, habla de una abrupta desaturación que, según la querella, no surge de los registros aportados por el Sanatorio.

8. Débora Pérez Volpin registró un ritmo cardíaco desfibrilable, es decir, podía ser recuperada del paro, y sin embargo, ninguno de los médicos lo advirtió.

En este punto cargan especialmente con la responsabilidad de la anestesióloga, encargada de la reanimación del paciente.

«Para que quede claro, a pesar de que Bialolenkier la perforó en poco tiempo, y Puente le insuflo mucho más aire del que se le estaba filtrando en pocos minutos, el corazón de la Sra. Pérez Volpin aún tenía algún tipo de esperanza. Y, ninguno de los dos médicos supo cómo aprovechar aquella ventaja que la naturaleza del cuerpo humano les estaba dando».

Fuente: La Nación



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