Debate por el aborto: Expertos de Uruguay y Canadá contaron la experiencia en sus países

Explicaron cómo funciona la interrupción voluntaria legal. Y hubo más voces a favor y en contra.



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La reunión informativa sobre la legalización del aborto de este jueves en Diputados fue clave porque hubo varios especialistas internacionales que vinieron a la Argentina a contar las experiencias sobre la interrupción voluntaria del embarazo en sus países: Canadá y Uruguay. Sus ponencias fueron de media hora cada uno, más largas que las de los expertos locales, que sólo pueden hablar siete minutos.

Otra de las invitadas especiales fue Luz Patricia Mejía, abogada venezolana, y miembro de la Organización de los Estados Americanos: «Las mujeres son sometidas a discriminación de manera sistemática. Intentar romper con este patrón requiere que las leyes que hacen ustedes acá mitiguen, y no refuercen, la desventaja que ya experimentamos las mujeres en el ejercicio de nuestros derechos de la salud sexual y reproductiva. Esta relación desigual de poder entre mujeres y varones genera una división social del trabajo que deja a la mujer sometida al rol de reproducción, un rol que termina siendo controlado por el poder punitivo del Estado, con la penalización del aborto».

Joanna Erdman es experta en salud sexual y reproductiva de Canadá. Habló en inglés, y hace varios días que está en el país, invitada por Amnistía Internacional, que está en campaña para que el aborto sea libre, legal y gratuito. «El aborto es una declaración que refleja el respeto y la libertad de las mujeres en la sociedad. En Canadá, la despenalización fue en 1988. El aborto fue regulado y financiado como cualquier otro servicio de salud. Hoy se realizan unos 100 mil abortos por año en el país. La tasa de abortos sigue las tendencias globales y es menor a la de países donde es ilegal. No ha aumentado desde la despenalización, al contrario, ha disminuido, especialmente en adolescentes. A pesar de no tener restricciones legales, la mayoría de los abortos se hacen hasta la semana 12. Casi ninguno tiene complicaciones, porque son seguros», explicó.

El tercer invitado internacional fue Leonel Briozzo, ginecólogo, ex subsecretario de Salud Pública en Uruguay, país que legalizó el aborto en 2012 y desde entonces la mortalidad materna bajó del 38 al 8 %: «En Uruguay la primera causa de muerte materna era el aborto. La mayoría de las mujeres que morían, morían por aborto, como pasa en muchas provincias de vuestro país. No hay mejor política que disminuir la mortalidad materna para disminuir la mortalidad infantil. Uruguay está entre los países que tiene más baja tasa de aborto. Se debe fundamentalmente a la política de liberalización de la práctica de la interrupción voluntaria del embarazo. Si quiere disminuir el aborto, despenalice el aborto. Es la única estrategia científicamente demostrada que ayuda a disminuir la práctica del aborto. Logramos disminuir la mortalidad materna, disminuimos la morbilidad materna, disminuimos la mortalidad infantil, disminuimos el número de abortos y disminuimos los embarazos no deseados».

Lo que se debate en el Congreso es la posibilidad de la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14. La Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito presentó su proyecto por séptima vez y ya cuenta con 72 firmas. Hay otros diez proyectos que van desde la despenalización hasta la legalización, pero las posturas entre diputadas y diputados siguen parejas, mitad a favor, mitad en contra. Hay unos 40 indecisos aún.

Queda sólo una semana de debate, con dos reuniones informativas en las que se escucharán unos cien oradores más. La reunión de este jueves, salvo por los oradores internacionales, se pareció mucho a las demás: quienes exponen a favor suelen ser mayoría femenina, y quienes hablan en contra, varones. A favor hay especialistas en derecho y salud, fundamentalmente del sector público. En contra, especialistas del sector privado, fundaciones que se dicen “provida” o universidades religiosas.

Entre las expositoras estuvo María Elena Naddeo, ex legisladora, presidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos: «Las normas del derecho internacional respaldan este proyecto. Las resistencias a la aprobación del aborto responden a intereses dogmáticos, religiosos, contrarios al derecho. Estos intereses son respetables en la intimidad, pero no pueden imponerse en las decisiones del Estado. Los fundamentos de quienes se oponen al proyecto son similares a quienes cuestionaban el divorcio vincular. Desconocer este derecho no implica eliminar el problema: los abortos se seguirán realizando con grave peligro para la salud de las mujeres y las menores abusadas. Votar a favor del proyecto será un avance», sostuvo.

También habló Viviana Mazur, que está a cargo del Programa de Coordinación de Salud Sexual, Sida e Infecciones de Transmisión Sexual de la ciudad de Buenos Aires: “La mayoría de las y los médicos nos pronunciamos a favor de la legalización. Aprobar la legalización del aborto sería hacer una sociedad más justa. En mi carrera he visto a innumerable cantidad de mujeres recurrir a prácticas inseguras. Que el aborto sea ilegal no las impidió hacerlo. Sus temores eran: a morir o ir presas. Las mujeres abortan igual. Este es un debate sobre salud pública. Tienen la oportunidad de devolver parte de la dignidad a las mujeres”.

Quienes se mostraron en contra de legalizar el aborto reafirmaron la idea de la vida desde la concepción, del aborto como asesinato, de agilizar los trámites de adopción para que ya se pueda adoptar desde el vientre. Entre los que se muestran contrarios a este derecho también están en contra de la interrupción legal del embarazo, derecho de las mujeres desde 1921 en Argentina. Como Paola Gutiérrez, Representante de la Red de Familias de Jujuy, que colgó una bandera en el atril que decía “Yo nací”, y un bebé dentro de la O: “No vengo a dar mi opinión personal sino a decir una verdad objetiva”. Habló de “asesinato de niños en el vientre” y pidió que se penalizara a todas las mujeres que ayudan a abortar a otras.

Claudia Luna, una “coach espiritual”, que se puso el pañuelo celeste en el cuello que usan quienes están en contra, para diferenciarse del verde de la Campaña, habló del “alma” y planteó que “Si la sangre es moneda espiritual, ¿el aborto sería, tal vez, el mayor billete? Una madre que desea no tener su hijo debería primero deshumanizarlo: el feto no es persona. Segundo, cosificarlo: reducirlo a un montón de células. Tercero, negar su existencia y su naturaleza. Y cuarto, olvidarlo».

También habló un contador rosarino, José Luis Brun: «Estoy afiliado al sindicato de los vivos, como ustedes. Todos los que hoy estamos aquí tuvimos suerte: no fumos abortados. Por lo tanto, lo que también quiero decir es: muchas gracias a nuestras madres».

Y un tanto más medido, Américo Jara, Obispo de la Iglesia Metodista Argentina: «El metodismo hizo mucho por la ley de matrimonio civil, divorcio vincular y educación laica. El punto de discusión es la despenalización del aborto. Es una realidad determinante en el país. Su existencia es un hecho que no se puede ignorar y aparece como una necesidad de orden público. Nuestra mirada metodista nos dice que la vida es un bien sagrado de Dios. Ninguna mujer aborta gustosamente: todas son expuestas a un daño y afrontan un daño. Es necesario fortalecer una adecuada educación sexual. El papel del Estado ha de ser legislar sobre la despenalización. Despenalizar el aborto para que sea seguro y gratuito no significa que pase a ser un acto fácil. La Iglesia debe asumir una actitud de amor y apoyo ante esta realidad. Nosotros podemos estar en contra el aborto pero no podemos ser jueces de la mujer que en su vivencia decide tomar ese camino».

El lunes habrá un pañuelazo federal por el Día Internacional de Acción por la Salud Sexual de las Mujeres en simultáneo en todo el país a las seis de la tarde.

Fuente: Clarín 

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