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Aunque el líder de la xenófoba Liga Norte, Matteo Salvini, se declaró optimista de que se logre formar un nuevo gobierno en Italia gracias a un acuerdo con los “grillinos” del Movimiento 5 Estrellas, que son las fuerzas políticas triunfadoras en las elecciones generales del 4 de marzo, su rival como candidato a primer ministro, Luigi Di Maio, confirmó la clausura a cualquier acuerdo que incluya al líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, gran perdedor en los comicios, que es por esa derrota solo el socio junior de la alianza de centroderecha que encabeza Salvini.

Este jueves por la tarde concluyeron las negociaciones que convocó con un mandato de exploración de dos días del presidente de la República, Sergio Mattarella, la titular del Senado Elisabeta Alberti Casellati. La presidente de la Cámara Alta debe informar en la mañana del viernes a Mattarella, quien después anunciaría sus decisiones.

Los vetos recíprocos, los enconos personales y las maniobras continuas han mantenido bloqueadas las consultas presidenciales para dar vida a un nuevo Ejecutivo durante 46 días después de las elecciones.

Cuando se creía que tras el fracaso de los encuentros del miércoles la rotura entre “grillinos·” y la centroderecha era definitiva, Salvini salió de una nueva ronda de tratativas convocada por Casellati y dijo: “Soy optimista, hay señales de novedad”.

Acompañado por Silvio Berlusconi, que se mantuvo raramente en silencio y evitó los gestos teatrales que hace para robar el centro del escenario, Salvini dijo que esperaba que caigan los vetos y se comience a examinar los programas.

También Luigi Di Maio demostró que la situación sigue siendo confusa y los resultados logrados hasta hora muy poco claros. “Hemos hablado con Salvini y hay disponibilidad a discutir los programas, pero solo estamos dispuestos a firmar un contrato de gobierno con Salvini y la Liga Norte”, dijo.

“Nada aún está perdido pero no más allá de ciertos límites. Somos el Movimiento 5 Estrellas”, agregó Di Maio recordando el ADN antisistema y de escaso contacto con los otros partidos políticos, que siempre fue una característica de los “grillinos”. Especialmente excluyó de cualquier negociacion y acuerdo a Silvio Berlusconi y su partido Forza Italia.

Di Maio explicó que si los diputados y senadores de Forza Italia quieren votar “desde afuera” por un eventual arreglo de gobierno, no es un problema que le incumbe. “Pero el contrato lo firmamos solo con Salvini y la Liga Norte”.

Es difícil ahora pronosticar qué ocurrirá. Si el presidente Mattarella se mostrará disponible a nuevas fatigosas consultas o abrirá a una alternativa, que está en el aire, de los “grillinos” con el partido Democrático de centroizquierda.

Salvini, que acusa a Di Maio por su veto a Berlusconi, se olvida que todos los días reitera su propio veto contra el partido Democrático. La Liga Norte es cada día más derechista, acunada además por grupos neofascistas, que jamás aceptarían un acuerdo de gobierno con el PD, de una izquierda muy moderada pero indigesta para los ultras de la Liga.

Mattarella podría anunciar un mandato de exploración al presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Fico, de origen de izquierda y muy popular entre los “grillinos”. Un sector del partido Democrático se ha declarado disponible, pero resiste el verdadero jefe del PD, Matteo Renzi, quien fingió renunciar tras la derrota electoral, similar a la de Berlusconi, pero que controla a más de la mitad de los senadores y diputados. Renzi sostiene que el lugar del PD está en la oposición.

Fuente: Clarín