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Las agresiones a automovilistas que son confundidos con choferes de Uber es una tendencia que no deja de crecer. En las últimas horas fue el turno de una mujer que cuando salió de su casa un domingo a las 6 de la mañana para llevar a su hijo hasta el aeropuerto de Ezeiza se encontró con una desagradable sorpresa.

Habían pintado con letras gandes y rojas la palabra «Uber» en el capó de su auto y en los costados todavía quedaban los restos burbujeantes de lo que creyó que era líquido para frenos. Más tarde supo que el ataque había sido más grave aún. Le habían tirado removedor de pintura, indicó el diario Clarín.

Con el reloj en contra para llegar a tomar el vuelo, recorrieron los 35 kilómetros hasta la terminal aérea pero, sin quererlo, se habían convertido en un blanco. Mientras estacionaban otro taxista los increpó y casi termina a los golpes con el hijo de la mujer. Un día para el olvido, aunque no era la primera vez que sufrían una agresión gratuita. Unas semanas antes, le habían roto una ventanilla y, adentro del vehículo, aparecieron marcas en los asientos similares a las que podrían dejar disparos de aire comprimido.

“No tengo plata para guardarlo en un estacionamiento. Todavía no pude arreglarlo. Mientras siga así, van a seguir confundiéndolo. Ya hice dos denuncias policiales, pero nadie responde. Estos ataques están naturalizados«, manifestó la mujer. Su caso, no es un hecho aislado tampoco. En los últimos dos meses la Policía de la Ciudad recibió siete denuncias.

Los taxistas expresaron su disconformidad con la nueva aplicación de viajes desde su aparición. Pero con el tiempo pasaron de movilizarse en las calles a organizar escraches y «cacerías» en las redes sociales. Desde la Asociación Civil Taxistas Unidos, que nuclea a unos 200 choferes, niegan ser responsables de los ataques aunque admiten haber protagonizado «trampas» y seguimientos.

Fuente: TN